Tras declamar en medio de una multitud electrizada, Mohamed Youssef admite que se alejó para llorar. Personaje central de la foto de Yasuyoshi Chiba, galardonada como la World Press Photo 2020, este joven sudanés relata aquel momento inmortalizado por la AFP, en el tumulto de una revolución.
Mohamed, de 16 años, fue fotografiado en junio de 2019 en Jartum durante una manifestación nocturna mientras leía un poema, con la boca muy abierta, como si estuviera exaltado.
La manifestación ocurría dos semanas despuès de la brutal dispersión de una sentada frente al cuartel general del ejército sudanés, que provocó decenas de muertos.
«Recité con entusiasmo pero sentía una inmensa tristeza por quienes fueron asesinados y los que desaparecieron», explica a la AFP Youssef, durante una entrevista realizada esta semana después de que le fuera atribuido el prestigioso premio al fotógrafo de la agencia.
«Cuando suenan los tambores, bajamos a las calles (…). No habrá abandono, ninguno de nosotros se batirá en retirada», recitó el joven, vestido con una camisa azul, con una mano sobre el pecho, rodeado por sus camaradas e iluminado por teléfonos móviles, en el distrito de Jabra.
AFP / ASHRAF SHAZLY
El joven sudanés Mohamed Youssef, el 20 de abril de 2020 en Jartum
«Nuestra lucha dará sus frutos, que serán regados con la sangre de los mártires», continuó, mientras la muchedumbre, electrizada, gritaba «¡Revolución!» tras cada verso.
Este poema popular fue uno de los himnos del movimiento en las calles que derrocó al presidente Omar el Bashir, después de tres décadas de ejercer un poder dictatorial, el 11 de abril de 2019.
«¡Lloré!»
Aunque cuatro meses de movilización lograron destituir al autócrata, después continuó durante semanas la lucha exigiendo a los militares el traspaso del poder a los civiles.
De aquellas horas históricas, y de esta imagen considerada por los miembros del jurado de World Press Photo un símbolo de «esperanza», Mohamed Youssef parece guardar un recuerdo intacto.
«¡Tras recitar el poema, me aparté de la manifestación y lloré!», confió el joven a la AFP.
Por la noche, recuerda aún, fue cortada la electricidad en el barrio, cuando los líderes de la Alianza para la Libertad y el Cambio (ALC), punta de lanza de la protesta, iban a dirigirse a los sudaneses.
Entonces, los vecinos se organizaron para munirse de generadores y levantar barricadas para asegurar el lugar. «Todo el mundo estaba tenso. Temíamos que las fuerzas de seguridad hicieran irrupción» allí, cuenta el adolescente.
AFP / ASHRAF SHAZLY El joven sudanés Mohamed Youssef (I) junto a su familia, en Jartum.
Con internet cortada y la seguridad reforzada en todo Jartum, se complicaban las manifestaciones para doblegar al ejército.
Dos meses más tarde, en agosto, finalmente se logró alcanzar un compromiso con los generales, y el poder fue confiado durante tres años a un gobierno de transición.
«El combatiente»
Mohamed afirma que sus cuatro hermanos y hermanas, al igual que sus padres, participaron desde el comienzo en la protesta desencadenada en diciembre de 2018 por un aumento del precio del pan, en un país con su economía asfixiada.
Destaca que, en su caso, fueron «las masacres en Darfur» lo que lo empujó a la calle.
Esa región del oeste de Sudán fue escenario a partir de 2003 de una guerra civil, marcada por las atrocidades cometidas por las milicias árabes pro-régimen, Janjawid. Éstas le valieron al presidente Bashir el enjuiciamiento por parte se la Corte Penal Internacional (CPI) a finales de la década de 2000, acusado de crímenes contra la humanidad.
Hoy en día, el joven manifestante dice que todavía se encuentra «insatisfecho», porque ni los responsables de la dispersión de la sentada de junio de 2019 ni los que cometieron los crímenes en Darfur fueron procesados.
«Aún le doy tiempo a este gobierno para la resolución de estos problemas», matiza, no obstante.
En febrero, Jartum acordó en principio enviar a Omar el Bashir a La Haya, donde se encuentra la sede de la CPI. Pero no se ha mencionado una fecha.
Ahora, en tanto Sudán se encuentra afectado por la nueva pandemia de coronavirus, con 162 contagios y 13 muertes, Mohamed Youssef vive confinado en el hogar familiar, mientras las escuelas han cerrado preventivamente.
Mohamed, quien quiere estudiar ingeniería, dice que aprovecha este tiempo libre para leer sobre la historia de Sudán.
Mohamed Youssef