¡CUESTA ARRIBA! Los 5 obstáculos que complican labor de Arévalo

  • Hoy se cumplen 6 meses de la administración del presidente Bernardo Arévalo y Semilla. Nunca antes un gobierno había enfrentado una oposición tan poderosa

Desde que ganó las elecciones presidenciales en 2023, el presidente Bernardo Arévalo ha tenido que enfrentar una serie de desafíos y fuerzas opositoras que buscan frenar –ahora– su agenda de trabajo.  Son diferentes grupos, unidos en sus fines, pero con diferentes intereses y motivaciones.


Hoy se cumplen los primeros seis meses de la administración de Bernardo Arévalo al frente del país, y el balance sigue sin ser favorable para su Gobierno, envuelto en controversias y enfrentado con una poderosa alianza de oposición, que sigue trabajando para entorpecer sus acciones y allanar el camino para un retorno al poder en 2028.

Termina también una semana «negra» para el gobernante y el partido oficial, en la que el Congreso de la República, dominado por la vieja alianza, ahora opositora, volvió a demostrar que persiste la voluntad de entorpecer cualquier iniciativa del Ejecutivo, al rechazar un nuevo estado de Calamidad, decretado por Arévalo.

Además de las acciones de esas fuerzas oscuras, el gobernante y su partido Semilla pagan el precio por la falta de experiencia y están enmarañados en lograr una eficiente labor de sus ministerios, que les permita dar los resultados que la población sigue esperando, como parte de la promesa de una nueva primavera que, sin embargo, cada vez parece más distante en llegar.

Al menos cuatro ministros, algunos viceministros y otros altos funcionarios han dejado sus cargos por destitución o renuncia, mientras que cuadros intermedios que llevó a la administración pública el presidente Alejandro Giammattei, continúan en sus cargos, a pesar de la corruptela denunciada en ese gobierno.

La duda que se plantean observadores y analistas, es si Arévalo sacará fuerzas de flaqueza y tendrá alguna estrategia para hacer frente a sus poderosos opositores, que siguen mostrando que tienen capacidad para entorpecer la mayor parte de planes, proyectos e iniciativas que provengan del Ejecutivo.

El fin: entorpecer

En estos primeros meses se ha evidenciado que la intención de los opositores es entorpecer la labor gubernativa y debilitar paso a paso al gobernante, quien ha principiado a perder popularidad, principalmente por no poder avanzar en la lucha anticorrupción con un cambio de la fiscal general, Consuelo Porras, quien lejos de verse obligada a dejar el cargo, se ha robustecido y se mantiene firme en su postura como principal figura de oposición.

Hay 5 factores que ponen cuesta arriba la labor del presidente Arévalo y su equipo de trabajo:

1.- La fiscal Consuelo Porras y las acciones del MP: Primero se dio el rechazo a la solicitud de renuncia, pero luego la fiscal general prácticamente se declaró en rebeldía al presidente Arévalo, y lejos de cesar en la persecución al partido Semilla, el acoso se intensificó, así como la constante y persistente denuncia –sin presentar pruebas– de un supuesto fraude electoral, que nadie pudo detectar, ni siquiera los fiscales encabezados por Rafael Curruchcite.

Porras ha mantenido la misma política que venía imponiendo: no se persigue ni investiga la corrupción de gobiernos anteriores y, por el contrario, persiste en investigar a operadores de justicia y periodistas que han denunciado delitos de los dos gobiernos anteriores, siendo fiel a los presidentes que la nombraron: Jimmy Morales y Giammattei.

Todo indica que Arévalo ha cesado en su intención por lograr la remoción de la fiscal, toda vez que sus esfuerzos e iniciativas no han encontrado eco institucional.

Nadie piensa que el presidente podrá librar una lucha anticorrupción sin tener en el MP a un funcionario que busque el mismo fin y sea independiente.  Al contrario, en el MP se mueren las pocas denuncias que han presentado hasta la fecha.

La único que se puede esperar por ahora, es que el MP profundice en sus acciones para perseguir y acabar al partido Semilla y pronto se inicien acciones contra funcionarios de la actual administración.

Tres rostros de la «vieja alianza», que sigue funcionando: Consuelo Porras, Álvaro Arzú, y Allan Rodríguez.

2.- Cortes y jueces “a la medida”: Con el MP y Consuelo Porras como punta de lanza, la mayor parte del sistema de justicia sigue virtualmente coludido en el afán de imponerse sobre el poder del Ejecutivo.  La Corte de Constitucionalidad (CC), la Corte Suprema de Justicia (CSJ) –ligeramente en menor grado–, y algunos jueces, calificados y sancionados internacionalmente por corruptos y antidemocráticos, se mantienen en pie de guerra, dispuestos a no permitir que se destruya el muro de impunidad que se ha creado en los últimos ocho años.

Las denuncias que presentan los funcionarios del Gobierno no sólo no avanzan en ninguna de estas instancias, sino que pronto se convierten en una especie de boomerang en contra de quienes las presentan.

La CC se dio incluso el lujo de revertir la destitución del presidente del Bantrab, ordenada por Arévalo, tras comprobar que el funcionario ni siquiera llenaba los requisitos mínimos que la ley exige. La CC ordenó su restitución en el cargo, pero más fuerte que eso, es el mensaje que se envía al Ejecutivo.

Tanto la fiscal general como los magistrados de la CC no cambiarán hasta el primer semestre de 2026, y tampoco entonces puede haber certeza de que se podrá elegir a los mejores magistrados o fiscal general, por el sistema de elección o postulación en ambos casos.

El presidente Arévalo intenta ahora mismo introducir algo de transparencia en el proceso de elección de nueva CSJ y magistrados de sala, aunque parece insuficiente la presencia de una misión de la OEA para impedir que las mismas fuerzas que han manipulado anteriores elecciones no logren su cometido esta vez.  Este proceso electoral está en marcha y será otra oportunidad para ver el poder que mantiene la alianza opositora, primero influyendo en las comisiones de postulación y luego en la elección de los magistrados por los diputados.

3.- Un Congreso cada vez más duro: La alianza legislativa que estuvo a punto de concretarse en enero entre Semilla y otras fuerzas políticas se ha diluido rápidamente. La vieja alianza –primero oficialista y ahora opositora– se ha ido recomponiendo paulatinamente, hasta mostrarle al presidente que ha quedado en franca desventaja en el Organismo Legislativo.

Los partidos Vamos, UNE, Unionistas, Todos, Valor y otros de menor importancia, pero con los votos suficientes, han retomado la posición dominante en el Congreso.  La demostración de fuerza ha sido clara hasta ahora:

• No ha avanzado la iniciativa para modificar la Ley del MP que permitiría remover a la fiscal general.

• Se rechazó sin mucha discusión la solicitud por parte del Ejecutivo de un estado de calamidad.

• Se ha entrampado y parece que no prosperará la solicitud de una ampliación presupuestaria.

• Se volvió a rechazar un segundo estado de Calamidad. En ambas ocasiones, los legisladores de la vieja alianza aprovecharon la falta de estrategia del Ejecutivo y sacaron provecho para lanzar criticas y promover desinformación en sus redes sociales y netcenters.

En términos generales, nada de lo que llega de parte del Ejecutivo o de sus diputados –impedidos de ser bancada por orden del coludido juez Fredy Orellana y ratificada por la CC– avanza en el Legislativo. 

El próximo pulso a la vista se dará en torno a la elección de magistrados del Organismo Judicial (OJ), pero todo indica que se impondrá la línea de los opositores, si es que se deja llegar a la instancia de elección en el Congreso. Son muchos quienes anticipan que es difícil esperar un cambio radical de magistrados en la CSJ, muy a pesar de la presencia de la OEA para observar el proceso de postulación y elección..

Con los dos poderes –Legislativo y Judicial– en abierta oposición, los analistas consideran que es difícil que Arévalo pueda impulsar cambios significativos en el país.

4.- Más indecisiones que firmeza: Otro problema que ven los analistas es que Arévalo y su equipo muestran más indecisiones que decisiones firmes en su actuar.  A ello atribuyen –en parte– la salida de algunos altos funcionarios y los lentos o titubeantes nombramientos, algo que refleja debilidad en vez de fortaleza.

Se menciona también que el presidente ha cambiado decisiones tras algunos mensajes en redes sociales de la vicepresidenta Karin Herrera, como sucedió en el caso de la destitución de la ministra de Ambiente y Recursos Naturales, María José Iturbide –por abuso en el uso de recursos del ministerio–.  Aparentemente el mandatario estaba dispuesto a mantenerla en el cargo y su vicepresidenta exigió la destitución inmediata, tal como sucedió.

Tampoco se ha visto congruencia con la intención del mandatario de un segundo viaje a Europa, el cual abortó al comprobar que había muchas críticas por su decisión de ir al viejo continente por segunda vez en cuatro meses.

Pero el punto más censurado por seguidores del mandatario fue la falta de acciones contundentes para lograr la salida de la fiscal general Consuelo Porras, a la que se ha visto como ganadora de un pulso que en realidad nunca ha llegado a producirse.

5. –Pérdida de popularidad.  Aunque hay pocas mediciones confiables y recientes, los analistas políticos ven que hay una pérdida de popularidad del mandatario y su partido político.  Hay que recordar que Semilla no ha sido un partido político con gran popularidad y que más bien su triunfo se debe al mensaje anticorrupción que mantuvo Arévalo durante la campaña electoral, pues se le vio como el candidato antisistema con más posibilidades de triunfo.

En todo caso, la única medición que sirve para comparar, es la propia elección, cuando tuvo el respaldo de un 60% de los electores, mientras que una encuesta de Cid Gallup en mayo pasado mostraba que un 54% de la población aprobaba su gestión.  Si bien esto significaría una caída del 6%, en el ambiente es notorio que hay menos entusiasmo hacia el Gobierno que antes. 

Incluso el sector en donde más apoyo recibió, las organizaciones indígenas, se han pronunciado exigiendo el cumplimiento de los cambios ofrecidos. En el caso de los 48 Cantones de Totonicapán, que fueron los más activos en respaldar su lucha porque se respetara el resultado de las elecciones, se pronunciaron para indicar que basta de discursos, pues es hora de actuar y dar resultados.

La marcha esta semana de Codeca también refleja, de alguna manera, el desencanto entre sectores populares.

El apoyo internacional

Algo que no ha variado y sirve de contrapeso ante todos estos problemas, es el apoyo de la comunidad internacional, que continúa respaldando el respeto a la democracia, el fin de la impunidad y la lucha contra la corrupción.

Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá han mantenido no sólo la línea de apoyo, sino que han impuesto sanciones significativas a la fiscal Porras, varios jueces, fiscales, diputados, magistrados, empresarios y exfuncionarios, a los que se vincula con hechos de corrupción o con acciones para debilitar la democracia.

Los grupos conservadores del país, vinculados a la alianza opositora y fuerzas antidemocráticas, esperan que, en las elecciones de noviembre en Estados Unidos, el Partido Demócrata pierda con Joe Biden, y que el triunfo corresponda a Donald Trump.  La razón de esto es poque consideran que el republicano procederá a levantar las sanciones a todos los personajes incluidos en la Lista Engel o sancionados más drásticamente por la Ley Global Magnitsky.

En todo caso, no es fácil que el Departamento de Estado de los Estados Unidos cambie de línea prontamente en materia de política exterior cuando se produce un cambio de gobierno en Washington.

La finalidad

Lo que no cabe ya duda a estas alturas, es que la alianza opositora tiene como finalidad continuar desgastando a la administración de presidente Areválo, pues impedir por todos los medios a su alcance que pueda obtener logros importantes en su gestión y, de esa manera, se allane su retorno al poder Ejecutivo en las elecciones del 2027.  ¿Lo lograrán? Las acciones del mandatario y su equipo de trabajo serán las que lo determinen.