Cuatro ministros japoneses visitaron el sábado el santuario de Yasukuni, un lugar venerado por los nacionalistas japoneses aunque en Asia es un denostado símbolo del pasado militarista nipón.
El primer ministro nacionalista Shinzo Abe realizó una ofrenda ritual en metálico al santuario con ocasión del 75 aniversario, el sábado, de la capitulación japonesa en la Segunda Guerra Mundial aunque no se espera que acuda personalmente, según la prensa japonesa.
Yasukuni honora a unos 2,5 millones de muertos caídos por Japón en guerras desde finales del siglo XIX. Pero es vilipendiado por los chinos y los surcoreanos después de que fueron grabados a escondidas en los años 1970 los nombres de 14 criminales de guerra condenados por los Aliados al término de la Segunda Guerra Mundial.
El ministro de Educación Koichi Hagiuda explicó que quería rendir un homenaje a los muertos.
«He rendido un homenaje (…) a las almas que se sacrificaron noblemente durante la guerra«, dijo a la prensa.
Asimismo visitaron el santuario titular de Medio Ambiente, Shinjiro Koizumi, el de Exteriores, Sanae Takaichi, y Seiichi Eto, encargado de la cartera de administración territorial.
Shinzo Abe, por su parte no ha vuelto desde su polémica visita a finales de 2013, un año después asumir el poder, que le valió la ira de Pekín y de Seúl, y una reprimenda diplomática de su aliado estadounidense.
Las visitas de este año tienen lugar con el telón de fondo de las tensiones con Corea del Sur, uno de los países que más sufrieron las atrocidades perpetradas por los militares nipones durante la guerra.
Ambos países se han impuesto sanciones comerciales recíprocas y han vertido amenazas mientras asuntos como el trabajo forzado y la esclavitud sexual durante la guerra siguen agriando sus relaciones.
El emperador Naruhito y la emperatriz Masako asistieron a una ceremonia nacional para conmemorar el aniversario, que se ha visto reducido por el coronavirus.
«Al mirar hacia atrás el largo periodo de paz de la posguerra, reflexionando sobre nuestro pasado y teniendo en cuenta los sentimientos de profundo remordimiento, espero de todo corazón que nunca se vuelva a repetir la devastación de la guerra», dijo Naruhito, que asumió el trono en mayo del año pasado tras la abdicación de su padre.