El crucero en el que viajan al menos una veintena de afectados por el nuevo coronavirus recibió permiso a última hora del sábado para atracar, mientras que el estado de Nueva York declaró la emergencia para combatir la epidemia.
El buque en el que viajan 21 afectados por el COVID-19 tiene permiso para atracar el lunes en Oakland, en el norte de California, y comenzará a desembarcar y comenzará a desembarcar a los pasajeros que necesiten «tratamiento médico intensivo y hospitalización», dijo el sábado Princess Cruises, empresa propietaria del barco.
Los 1,100 miembros de la tripulación serán puestos en cuarentena y tratados a bordo del barco, dijo la compañía, propietaria también del Diamond Princess, el barco puesto en cuarentena en febrero en Japón con más de 700 infectados, de los que seis resultaron fatales.
Las autoridades han mantenido al crucero lejos de la costa tras informarse de la muerte por el virus Covid-19 de un hombre de 71 años que había participado en una parte de la travesía a su regreso a California.
El Grand Princess, que partió de San Francisco, interrumpió su recorrido de dos semanas luego de que algunos de sus 3,533 pasajeros y tripulantes presentaran síntomas.
De los 45 análisis que se hicieron a bordo, 21 dieron positivo; 19 miembros de la tripulación y dos pasajeros.
«No tenemos la peste»
En el barco viajan 3,533 pasajeros y miembros de la tripulación. De los 2,422 pasajeros, 2,016 son estadounidenses, incluidos 938 californianos. El resto son de 54 nacionalidades, informó el presidente de la compañía Princess Cruises, Jan Swartz.
Más de 400 personas han contraído el virus en Estados Unidos, según datos oficiales, que ha dejado ya al menos 19 muertos. El estado de Nueva York fue el último en decretar la emergencia, tras detectar 89 casos. Las cancelaciones de eventos públicos están aumentando.
Las autoridades de Maryland informaron de dos casos entre los participantes en una conferencia reciente a la que asistió le presidente del país, Donald Trump.
Cuando se le preguntó si le preocupaba que el nuevo coronavirus se acercara a la Casa Blanca, el presidente aseguró que «en absoluto», y dijo que no consideraba reducir sus compromisos y los «mítines enormes» de cara a la campaña electoral.
Carolyn Wright, una fotógrafa de 63 años que viaja en el crucero comentó a la AFP sentirse «contenta de que finalmente haya un plan». «Solo quiero saber un poco más sobre lo que nos va a pasar», reconoció, «no tenemos la peste».
Otra pasajera, Kari Kolstoe, de 60 años y con cáncer, le dijo a CNN que estaba preocupada por regresar a tiempo para comenzar la quimioterapia el lunes. «Estoy en un estado de salud muy frágil en este momento», advirtió, «si no tengo el coronavirus, necesito saberlo lo antes posible».
Según el diario Mercury News de San José, el gobierno de Estados Unidos ha establecido un centro mando en el Centro de Convenciones Marriott de Oakland para llevar a cabo el desembarco de los pasajeros y la tripulación del Grand Princess.
El vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, máximo responsable del coronavirus del país, dijo el sábado que todos los pasajeros y la tripulación del barco serían examinados y puestos en cuarentena si fuera necesario.