El Real Madrid se salvó por la campana ante el Elche (2-1) gracias a un doblete de Karim Benzema en el último cuarto de hora del partido y seguirá metido en la pelea por la Liga después del susto que protagonizaron los ilicitanos, que estuvieron a punto de hacer historia en el estadio Alfredo Di Stéfano.
La tarde se puso fea para el vigente campeón de Liga, que nunca estuvo a gusto durante los 90 minutos. Las rotaciones de Zidane salieron mal, la apuesta pensando en la ‘Champions’ no sirvió de nada y al final tuvieron que salir Kroos y Modric para que resolviera el de siempre: un Benzema que es el mejor y único argumento ofensivo de los merengues.
La irregularidad de los blancos es un hecho, el equipo se sostiene con pinzas y continuará apretando al Atlético por culpa del empeño de Benzema. No hay más. Por su talento individual, pero no por su fútbol. Este sábado sufrió de lo lindo ante un Elche bien ordenado y que ha ganado muchas credenciales desde la vuelta de Fran Escribá al banquillo.
Quien también estaba de vuelta en los blancos fue Sergio Ramos, que jugó una hora desde el inicio -arropado en una defensa de cinco- y Hazard, que estuvo errático en la recta final. Ambos volvían casi dos meses después a un equipo que ni domina, ni controla a sus rivales, ni tiene definido su plan de juego, ni las diferentes alternativas. Total, una moneda al aire.
Fidel y Carrillo hicieron cosquillas en el acto inicial a esa zaga tan poblada y Courtois se vio obligado a mancharse los guantes. En el bando contrario, Vinicius no podía percutir y sólo Benzema ponía luz en el área rival. El partido estaba feo y lineal, más para la siesta que para saltar de la butaca en este frío estadio que -lo último que hace- es intimidar al rival. Otra de los pesos que desnivelan la balanza.
Ahí, seguramente, también habrá perdido músculo el Real Madrid, que ha empezado por debajo en el marcador en los tres últimos partidos de Liga. Da igual el oponente, el problema está en que no hay un combate cómodo para los blancos. Lucas Boyé y Guido Carrillo volvieron a tentar la meta merengue en las postrimerías de la primera parte, pero el marcador no se movió.
Tranquilos
Es más, los de Zidane se encontraron más tranquilos jugando a la contra que llevando la iniciativa; fueron los alicantinos quienes reclamaron el balón con todo el gusto del mundo. Y no le vino mal al Madrid porque en la segunda parte amplió su nómina de ocasiones. La primera, un penalti claro sobre Sergio Ramos que no vieron ni el árbitro, ni el VAR.
Y -entre tanto- golpeó el Elche después de dos nuevos avisos. El partido se equilibró en la sala de máquinas y Dani Calvo, tras ganar a Varane la posición en un córner, remató al larguero y el cuero acabó sobrepasando la línea sin necesidad de recurrir al videoarbitraje. El daño colateral fue muy grande para el 13 veces campeón de Europa, que cambió el chip por completo acto seguido en un acción a la desesperada.
Rodryg, decisivo
Zidane metió a Modric y Kroos -ambos reservados para el Atalanta- y a un Rodrygo que acabó siendo decisivo. El croata asistió a Benzema en un córner para colocar el 1-1 a cuarto de hora para el final. Ya con el tiempo cumplido, y a punto de pegarse un tiro en el pie, el Real Madrid mantuvo encendida la llama y lo hizo gracias al de siempre.
Rodrygo se alió muy bien con Benzema y el galo, con una volea milimétrica a la base del poste, firmó el definitivo 2-1. Su gol número 18 de la temporada, una cifra que vale oro para el Real Madrid y a la que se encomienda para poder celebrar un título en estos más de dos meses que restan hasta finales de mayo.