Cristiano Ronaldo viaja el domingo a Luxemburgo con un triple objetivo: sellar la clasificación de Portugal para la Eurocopa-2020, llegar a sus 100 goles como internacional y, finalmente, demostrar a su club, la Juventus, que aún no llegó su declive.
El quíntuple ganador del Balón de Oro, que cumplirá 35 años el próximo mes de febrero, ya dio signos de no estar ‘muerto’ el pasado jueves con tres goles en la victoria lusa frente a Lituania (6-0).
Con ese ‘hat-trick’, Ronaldo alcanzó los 98 goles en 163 partidos como internacional, acercándose un poco más al récord que tiene el iraní Ali Daei (109).
Pese a que esta marca es algo anecdótico, lo que demuestra es que CR7 sigue siendo un goleador letal: el máximo goleador histórico de la Liga de Campeones (con 127 goles), por delante de su gran rival argentino Lionel Messi, el portugués acaba de superar los 700 goles como profesional en todas las competiciones.
Y a dos semanas de la atribución de un Balón de Oro que este año no tiene un claro favorito, Ronaldo sigue dando argumentos para poder ganar el prestigioso trofeo por sexta vez.
Sus goles en Luxemburgo ayudarían a dar el pase a Portugal para la Eurocopa tras una fase de clasificación bastante discreta desde el punto de vista colectivo, marcada por la derrota del vigente campeón de Europa hace un mes en Kiev contra Ucrania (2-1).
¿Problemas en una rodilla?
Para obtener su billete, los portugueses deben conservar en Luxemburgo la segunda plaza del grupo B, amenazada por Serbia, que cuenta con un punto menos y que recibirá a Ucrania, que ya tiene asegurado acabar como campeón de la llave.
A igualdad de puntos, el boleto sería para Portugal, que empató 1-1 en Lisboa, pero ganó 4-2 en Belgrado.
En el caso de que Portugal no lograra la clasificación, a los lusos les quedaría aún una oportunidad vía los play-offs, que jugarán los mejores equipos (que no se hayan clasificado directamente) de la recientemente creada Liga de Naciones (que ganaron los portugueses en junio)y de los que saldrán los cuatro últimos participantes en la próxima Eurocopa.
Pero este domingo, Cristiano Ronaldo tendrá la oportunidad también de demostrar al entrenador de la Juventus, Maurizio Sarri, que se encuentra en óptimas condiciones físicas.
El último fin de semana, en el partido de la Serie A que los de Turín vencieron al AC Milan (1-0), el técnico sustituyó al delantero antes de la hora de juego con la excusa de que tenía «un pequeño problema en una rodilla».
Cambio polémico
La polémica se desató cuando la prensa italiana reveló que el portugués había dirigido algunas palabras hacia el banquillo y se metió directamente en el vestuario, antes de abandonar el estadio antes del pitido final.
Su estatuto de estrella podría evitarle una sanción o una multa por parte del club piamontés, pero no debería escapar a una reunión con Pavel Nedved, vicepresidente de la Juventus encargado de las relaciones con el vestuario, informó la prensa deportiva italiana.
Pese a su discreta actuación el domingo (que coincidió además con que su sustituto, el argentino Paulo Dybala, anotó el único tanto del partido), su exhibición del jueves frente a Lituania llevó al Corriere dello Sport a hacer un acto de contrición: «Aquí (con Portugal) CR7 no se va, abraza (al seleccionador) Fernando Santos y se queda en el banco (…) Está claro que acá (en Italia) nos falta tiempo para destrozar a los jugadores, incluidos los fuera de serie».
Aliviada, la prensa portuguesa ha vuelto a cubrir de alabanzas al delantero que ha logrado su novena tripleta como internacional y «sin señales de lesión».
El domingo, CR7 volverá a ser el principal arma de Portugal e intentará que sus goles sean el mejor argumento contra sus críticos.