La inestabilidad política golpea la economía. Esa es una norma reconocida mundialmente. Guatemala, pues, no es la excepción y el 2016 avanza con una economía que no despega y más bien enfrenta problemas, por más que la macroeconomía no muestre fisuras significativas. La incertidumbre frente al futuro se refleja en este campo.
Las ventas no están mal, pero no crecen y por momentos bajan (comerciante).
El contrabando continúa por más que se combata la corrupción y el incierto tema fiscal no fomenta la inversión (industrial).
Vemos el estancamiento en los movimientos de créditos y el ahorro (banquero).
No se sabe el rumbo del país, los precios de materias primas de exportación han caído (agricultor).
Frases al azar, pero sumadas muestran un escenario de incertidumbre y escepticismo que priva entre los empresarios. La población tampoco se muestra tranquila y el resultado es que la economía camina lentamente, titubeante e indecisa.
Esta situación especial, como la califican algunos sectores, está sucediendo por diversos factores sociales que ocurren desde el año pasado, por un lado, por el ambiente de corrupción que se ha venido combatiendo, pero que no se percibe que acabe, pero también, por la falta de políticas integrales del actual Gobierno, lo cual ha disminuido el índice de confianza de la actividad económica.
El presidente Jimmy Morales ha pasado los ocho meses de su gestión toreando pequeñas y grandes crisis hasta acumular un desgaste que raya en la ingobernabilidad, con pocas acciones que contribuyan a crear un ambiente de confianza para la inversión y actividades económicas en general.
Aparte, también han influido las reglas de la oferta y la demanda en los precios internacionales, en donde otras crisis financieras y antagonismos políticos ocurridos en Estados Unidos y Europa, por el caso del brexit, han afectado las exportaciones del país, mientras el freno al consumo ha impactado en las importaciones.
En todo caso, solo el vigor de remesas de los migrantes guatemaltecos que residen Estados Unidos muestra una tendencia fuerte al alza, con un crecimiento de más del 10 %, que permite proyectar que el año terminará con un ingreso de más de US$7,200 millones, sin duda el factor más fuerte para mantener los índices macroeconómicos estables.
Esta situación, agregada a otros problemas sociales como la inseguridad y las carencias en salud y educación, están creando un ambiente zozobra en las actividades económicas.
Algunos expertos consideran que combatir la corrupción genera condiciones para una mayor inversión, otros creen que no sucede de inmediato y que estos cambios podrían alejar la inversión y la confianza de algunos grupos que no ven los cambios inmediatos que se quisiera.
Es una crisis económica que se ha visto impactada por la incertidumbre en este 2016, opina el analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), Hugo Maúl, quien considera que todos estos pasos en el combate a la corrupción, así como las intervenciones y otras señales, si bien van en la dirección correcta, es un cambio radical por la forma en que ha funcionado el país, lo cual tiene impacto en las percepciones, pues no se sabe cómo quedarán los incentivos por lograr una mejor producción e inversión en Guatemala.
Crecimiento económico será menor
A pesar de las anteriores percepciones del Banco de Guatemala (Banguat), las últimas cifras indican que el Producto Interno Bruto (PIB), que se refiere al valor de los bienes y servicios que se producen en un año, no crecerán como se tenía proyectado, entre un 3.1 % a un 3.9 %, lo cual obedece a factores coyunturales internos y externos.
La Junta Monetaria (JM) informó a principios de mes que se debe a una desaceleración registrada en el primer trimestre del año, qué, a pesar de que el indicador se mantendrá positivo, habrá una menor producción de bienes y servicios en el mercado interno. En este contexto, el crecimiento medio será de 3.4 %.
Este movimiento a la baja se debe a la desaceleración económica y comercial, a nivel mundial, así como al comportamiento de importantes socios como Estados Unidos y Centroamérica, según Sergio Recinos, presidente en funciones del Banguat.
Los efectos de esta desacelerada economía ya están afectando a varios sectores sociales, principalmente a su capacidad adquisitiva por el alto nivel inflacionario, pues algunos guatemaltecos comentan que ganan lo mismo pero que todo está más caro.
Los colegios le suben todos los años a la cuota de inscripción, a los uniformes y a los útiles, pero ahora sucede que otros productos también subieron de precio, como alimentos, y yo gano lo mismo, pues este año no hubo reajuste salarial, lamenta José Toc, un trabajador del sector de construcción.
Condiciones no son optimistas
Según el presidente del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieros (CACIF), José González Campo, la actual situación del país no es necesariamente optimista, pues las perspectivas de crecimiento no se van a lograr este año, por varios factores.
Los índices de confianza del desempeño de la economía se han venido reduciendo, hay un enfriamiento en la economía que tenemos que afrontar, por ello tenemos que buscar otras alternativas para lograr que la lucha institucional y la lucha contra la corrupción se vea reflejada en una economía más pujante, porque es importante que estos cambios se respalden con aspectos que mejoren a la gente, como el empleo, agrega González.
Agrega que, efectivamente, persiste la preocupación de que la economía se está enfriando y que hay que reactivarla, lo cual debe ser parte de un diálogo nacional, en donde no solo se discuta una reforma fiscal integral, sino una agenda importante que incluya la generación de más empleo.
Algunos sectores de la economía han caído estrepitosamente, como el tema de la minería y canteras, que decrece a un -6.7 %, a pesar de que la proyección era de un 1.5 %, lo cual se debe, principalmente, al descontento social por la instalación de algunas compañías en el país, donde persiste la conflictividad.
Las cifras del Banguat indican que la construcción y administración pública tendrán una desaceleración —crecimiento menor— de 2.5 % y 3.1%, respectivamente.
Maúl añade que junto a esta realidad que se vive en el país, se intentó aprobar una reforma tributaria acelerada, con unos cambios normativos que vinieron a revolver más el ambiente, lo cual impacta negativamente en la inversión en las empresas y en el consumo y ahorro de la familia.
El ámbito internacional también se ha visto afectado por la incertidumbre, pues a nivel mundial se dan incrementos en las tasas de interés y algunos riesgos de las economías como la europea, latinoamericana, como Brasil y México, lo cual afecta en los precios de los combustibles y del transporte de energía, destaca el analista del CIEN.
Canasta básica aumenta
En medio de esta dificultad que afrontan distintos grupos productivos del país también se da un alto nivel de carestía para los consumidores, mientras que el salario mínimo, cada día, alcanza menos para sufragar necesidades básicas.
De acuerdo con el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la canasta básica alimentaria —incluye solo alimentos— subió a Q3,848.55, mientras que la canasta básica vital ampliada —incluye además de alimentos, servicios básicos como agua, luz, vestuario, vivienda, salud, transporte, recreación y educación— se incrementó en Q7,022.91.
Este reporte también destaca otros incrementos como el del cilindro de gas propano de 25 libras, que en el año, de Q75 pasó a Q96. El servicio de energía eléctrica, de 1 a 100 kws, también aumentó en 22 centavos su tarifa por kilovatio.
Este IPC indica que para que una familia promedio (5.38 miembros) pueda alimentarse y tener acceso a todos los servicios básicos necesarios para vivir, debe gastar Q7 mil 22; un incremento de Q789.39 en comparación con el mismo mes el año pasado. Para comprar solo alimentos necesarios deberá gastar Q427.65 más de su salario, en comparación con el 2015.
Esto se debe a otras alzas en productos como el tomate, banano, güisquil, papa, pan, sal, aguacate, huevos y leche, ya que en agosto se aceleró el nivel de inflación (4.74 %), el más elevado de enero y mayo, respecto de 2015, pero incluso el mayor nivel centroamericano.
Los precios altos no solo están castigando a pobladores de la ciudad capital, sino también de la mayoría de departamentos, principalmente Huehuetenango, Alta Verapaz, Baja Verapaz, Quiché, Jutiapa, Santa Rosa, Jalapa, San Marcos y Petén.
En contraste, según la última Encuesta Nacional de Empleo (ENEI 2016), el promedio del salario para los trabajadores del área urbano metropolitana es de Q3,315, el resto del casco urbano de Q2,306 y del rural es de Q1,480, con lo cual se comprueba que con un salario mínimo es imposible pagar incluso una canasta básica.
Sobre esta crisis económica, Alejandro Aguirre, del Instituto por la Democracia (ID) considera que si bien es cierto, ha habido cierto crecimiento económico en los últimos años, el mismo no se ha traducido en reducir la pobreza y pobreza extrema en el país, sino al contrario, tal como lo demuestra la Encovi 2014.
Es necesario que se pueda generar empleo decente en la país, para ello, tanto el Gobierno central como el sector privado empresarial, deben impulsar políticas públicas (gobierno) y estrategias (sector privado) hacia ello. El Presupuesto Nacional debería de dar respuesta a los más necesitados del país, garantizando por parte del Estado-Gobierno la salud, educación, seguridad ciudadana y desarrollo rural integral, destaca Aguirre.
Baja oportunidad de empleo
En el peor de los casos esta problemática nacional se agudiza en la gente que no tiene empleo y que están en busqueda, sin embargo, las probabilidades son mínimas para lo que resta del año, según una reciente encuesta elaborada en el país por Manpower.
Los planes de contratación disminuyeron por siete puntos porcentuales, en comparación con el trimestre anterior, y 3 puntos en comparación anual, destaca el estudio Expectativas de Empleo 2016, en donde indican que los empleadores en el país reportan un plan moderado para el período de octubre y diciembre.
Solo el 18 % de los empleadores esperan incrementar sus niveles de contratación, un 8 % anticipa una disminución y el 74 % que se va a mantener igual, o sea que no van a contratar. La Expectativa Neta de Empleo es de +9 %.
El país está pasando por momentos cruciales, cambios políticos y estructurales que en definitiva pueden influir en los cambios en la economía, también vemos que Norteamérica, el principal socio comercial del país, está en una fase de cambios de Gobierno, este tipo de situaciones impactan en la generación de empleo, opina Kristhal Galdámez, vocera de ManpowerGroup Guatemala.
Según Helmer Velásquez, de la Coordinadora de Coordinación de ONG y Cooperativas de Guatemala (Congcoop), para superar esta delicada situación económica se deben lanzar dos campañas claras: La primera es de financiamiento público para obra física, es decir generar empleo temporal en la construcción de infraestructura y un agresivo programa de inversión pública en el campo, que implica elevar la capacidad de producción de alimentos, para generar empleo masivo.
Sube informalidad y desempleo
Las cifras de la ENEI 2016 también señalan un incremento en la informalidad del 69.80 %, la más elevada desde el primer semestre del 2014, que estaba en un 69.30 %, pero que había disminuido en el segundo semestre de ese mismo año y el resto del 2015. Incluso, la tasa de desempleo abierto se incrementó en un 3.1 %, pues en el primer semestre del 2015 estaba en un 2.4 % y en el segundo semestre de ese año en un 2.7 %. Por su parte, el sector formal lo comprende un 31.2 % de los guatemaltecos que sí reciben sus prestaciones laborales.
En el anterior panorama, los más afectados están siendo los jóvenes, pues según la encuesta del INE, están desempleados el 12.5 % de adolescentes comprendidos entre 14 y 24 años, del área urbana metropolitana, el 6.6 % del resto del sector urbano, y el 4.6 % de lo rural nacional.
Así las cosas, otro flagelo que también está afectando la economía guatemalteca es el contrabando, pues las diversas cámaras empresariales indican que supera los Q14 millardos, entre diversa mercadería que no paga impuestos desde las últimas décadas.
La transparencia en el gasto público es otro tema que causa incertidumbre en el ambiente nacional, ya que se prevé la aprobación de un Presupuesto General de Ingresos y Egresos de la Nación para el 2017, por Q79,830.0 millones (14.3% del PIB), el cual será ajustado con Q12, 949 millones, millardos en deuda.
Según un análisis de Congcoop, este presupuesto estatal prioriza el pago de servicio de deuda pública, los programas clientelares y asistencialistas, no prevalece el gasto social y está desfinanciado, con un déficit fiscal del 2.2 %. Además del monto para pagar deuda, está distribuido en un 65 % para gastos de funcionamiento (Q51,883.8 millones), y en un 18.8 % para inversión (Q14,997.2 millones).
Caen exportaciones
Guatemala está viviendo un momento complejo, un contexto donde la confianza de los empresarios se encuentra en un punto bajo, según lo demuestra las cifras del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE), por lo que para algunos analistas requiere tomar de inmediato acciones concretas conjuntas entre el sector público y privado, con la consigna de reactivar la economía.
Rolando Paíz, presidente de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (AGEXPORT), mencionó que dicho sector está afrontando una serie de vicisitudes y que los negocios en Guatemala se empiezan a sentir débiles, con pocas expectativas de crecimiento, algunos empiezan a apuntar a las exportaciones, pero el problema es que afuera la situación es más difícil.
Las exportaciones cayeron un 5.2 por ciento en julio de este año, pues se situaron en US$6,214.3 millones, o sea US$342.9 millones menos, en comparación con el mismo período del 2015, que fueron US$6,557.2 millones.
A pesar de esta complicada situación económica que vive el país, algunos consideran que toda crisis es una oportunidad, como menciona el presidente del CACIF, o que siempre surgirá una luz al final del túnel, como opina el presidente de AGEXPORT.
Las esperanzas no están apoyadas solo en el desgastado Gobierno de Jimmy Morales, sino en implementar planes conjuntos de todos los sectores, que orienten a una mejor dinámica de crecimiento, a pesar de las adversidades; en donde las remesas son el único pilar y ejemplo de crecimiento este 2016.