- En una noche donde el desierto de Riad pareció rendirse a sus pies, Cristiano Ronaldo volvió a demostrar que la edad es una cifra que él decidió ignorar hace mucho tiempo. Con un doblete imperial ante el Al-Akhdoud, el capitán del Al-Nassr no solo sumó tres puntos; sumó dos ladrillos más (956) a una muralla que parece inalcanzable: los 1,000 goles oficiales.
El partido de este fin de semana fue un monólogo de ambición. Ante un Al-Akhdoud que planteó un muro defensivo de cinco hombres, Cristiano necesitó solo dos chispazos para dinamitar el plan rival.
El Primero (Minuto 13): Tras un centro quirúrgico de Sadio Mané, Ronaldo se elevó por encima de defensas diez años menores para conectar un cabezazo descendente. Fue un recordatorio de que, aunque haya cambiado su posición, su capacidad de salto sigue desafiando la gravedad.

La Obra de Arte (Minuto 77): El segundo gol fue puro «ADN Cristiano». Tras un rebote fuera del área, el luso controló de pecho y, sin dejar que el balón tocara el suelo, sacó una vaselina lateral que sobrevoló al portero adelantado. El estadio estalló. No era un gol de un veterano; era el gol de un hombre que aún se divierte siendo el mejor.
El camino al 1,000: la cuenta regresiva
Con este doblete, la mística cifra de los cuatro dígitos deja de ser un sueño para convertirse en un cálculo matemático. Al cierre de este 2025, el desglose de su «cacería» personal es el siguiente:
A este ritmo, y considerando que el 2026 es año de Mundial y con la competitividad que mantiene en la Saudi Pro League, el mundo podría ser testigo del gol número 1,000 en el tercer trimestre de 2026.
La metamorfosis de los 40
Lo que vimos ante el Al-Akhdoud es la validación de las palabras de Roberto Martínez. Cristiano ha dejado de ser el jugador que buscaba el regate infinito para convertirse en el finalizador supremo.
Economía de Movimientos: En este partido, CR7 recorrió menos kilómetros que su promedio de 2023, pero tuvo más toques dentro del área. Ha entendido que su valor reside en la ejecución, no en la transición.
Liderazgo Magnético: Tras su segundo gol, en lugar de celebrar solo, llamó a los jóvenes del equipo para dar instrucciones. Cristiano sabe que su longevidad depende de un equipo que sepa alimentarlo, y él los está entrenando en tiempo real.
«No persigo los récords, los récords me persiguen a mí,» repitió en la zona mixta tras el encuentro. Y tras lo visto hoy, es difícil llevarle la contraria.
¿Llegará al los 1,000?
La pregunta ya no es «si llegará», sino «dónde y cuándo». Con su mandíbula intacta (a diferencia de otros rivales del ring) y un hambre que parece renovarse con cada amanecer, Cristiano Ronaldo encara el 2026 con un objetivo claro. El doblete al Al-Akhdoud fue un mensaje para sus críticos: el martillo sigue teniendo fuerza, y el clavo del gol 1,000 está cada vez más cerca de ser golpeado.
