El técnico del Barcelona, Ernesto Valverde, mostró este jueves su confianza en poder jugar el clásico liguero contra el Real Madrid el 26 de octubre en el Camp Nou, después que LaLiga solicitara el cambio de estadio por las tensiones en Cataluña.
«Todavía quedan nueve días para ese partido, está claro que esta semana está siendo un poco extraña en Barcelona, pero queda tiempo. Confiamos en nosotros, en nuestra gente, en poder jugar ese partido en nuestro estadio», afirmó Valverde en rueda de prensa.
«Es cierto que hubo planteamientos de cambiar el orden, de jugar primero en el Bernabéu, lo cual nosotros no lo terminábamos de ver», dijo el técnico azulgrana, que recordó que su equipo viaja este jueves a Eibar para el partido liguero del sábado y luego el martes a Praga para un partido de Liga de Campeones contra el Slavia.
«Tendríamos que volver a viajar, pero no sólo por esta cuestión, sino también por una cuestión de respetar el calendario y a los aficionados, y lo normal es jugar en nuestro campo», aseguró.
Los disturbios de los últimos días en Barcelona tras las protestas independentistas llevaron el miércoles al campeonato español a solicitar a la Federación Española (RFEF) un cambio para que este primer clásico de la temporada se juegue en Madrid y la vuelta en Barcelona, invirtiendo el calendario inicialmente previsto.
Ambos equipos han rechazado en principio esta propuesta y en las últimas horas parece abrirse paso la posibilidad de un aplazamiento de la fecha del encuentro.
«Creo que quedan nueve días para ese partido, se está hablando demasiado de ese encuentro con ese margen de tiempo», insistió Valverde, afirmando que «si me dices que el partido fuera mañana o pasado, pues quizás, pero todavía quedan nueve días».
«Todo el mundo está pendiente de que las imágenes que estamos viendo esta semana se van a trasladar a ese partido, no sabemos, no tiene por qué ser así», afirmó, en referencia a los enfrentamientos entre grupos de manifestantes y la policía en Barcelona.
«Sin embargo, es una oportunidad para demostrar un montón de cosas; que ese partido se puede celebrar perfectamente, que respetamos al contrario, al rival, que dentro de unas normas mínimas de civismo todo puede funcionar», insistió Valverde, que terminó visiblemente cansado de las preguntas en torno al clásico contra el Real Madrid.