Un profesor universitario acusado de haber denigrado al profeta Mahoma en 2013 y cuyo abogado fue asesinado al año siguiente tras haber sido amenazado de muerte en una audiencia, fue condenado a muerte por blasfemia este sábado en Pakistán.
Junaid Hafeez «será colgado por el cuello hasta su muerte», se puede leer en la sentencia del tribunal de primera instancia de Multán (centro). En Pakistán el tema de la blasfemia es extremadamente sensible.
«Gracias a Dios, este caso ha llegado a su justa conclusión», comentó el fiscal Zia ur Rehman, interrogado por la AFP.
Junaid Hafeez, profesor de la Universidad Bahauddin Zakariya de Multán, fue acusado de haber denigrado al profeta Mahoma en 2013.
En mayo de 2014, tres hombres armados asesinaron a su abogado, Rashid Rehman, después de que los abogados de la parte civil le amenazaran de muerte durante una audiencia.
Hafeez, de confesión musulmana, está preso y aislado desde mediados de 2014. Sus condiciones de detención empeoraron este último año, cuando lo encerraron en una celda de 8 m2 en un barracón, donde es el único prisionero y no tiene derecho a salir, según su abogado Asad Jamal.
«No puede haber un proceso justo en asuntos de blasfemia», señaló Jamal a la AFP. «Apelaremos el veredicto», agregó.
La condena a muerte de Hafeez es «un error judicial flagrante», «extremadamente decepcionante y sorprendente», reaccionó Rabia Mehmood, investigadora de Amnistía Internacional.
«Todo el caso Junaid y su largo proceso han sido una parodia judicial», deploró. «El gobierno tiene que liberarlo inmediatamente y abandonar todos los cargos contra él», aseguró.
Desde que comenzó el caso han pasado por él ocho jueces; los siete primeros fueron transferidos, dijo Amnistía Internacional en septiembre, denunciando «serios retrasos de procedimiento».
La blasfemia es un tema candente en Pakistán, donde incluso las acusaciones no probadas de insultos al Islam pueden acarrear asesinatos y linchamientos.
La absolución a finales de octubre de la cristiana Asia Bibi, que pasó más de ocho años en los pasillos de la muerte por blasfemia, algo que ella siempre negó, provocó violentas manifestaciones en todo Pakistán.
Asia Bibi vive ahora en Canadá con su familia.