Con el kart en casa, «Mario Kart Live: Home Circuit»

Corre entre las patas de la silla y la mesa, bajo el sofá, rodea macetas y pasa por delante de un gato asustado: «Mario Kart Live: Home Circuit» lleva el clásico juego de carreras directamente a la sala de tu casa.

Los jugadores pueden conducir un kart teledirigido de unos 20 centímetros a toda velocidad por la casa, tomar curvas, lanzar caparazones de tortugas y mejorar sus tiempos.

Lo último de Nintendo es una mezcla entre auto teledirigido y videojuego de realidad aumentada (RA). Una cámara montada sobre el pequeño y sólido kart de plástico transmite una imagen de vídeo a la Switch.

  • El personaje rígido de Mario es sustituido por una figura animada que mira a su alrededor
  • agita los brazos y sostiene los tradicionales ítems o transformaciones conocidos como «Power-ups» en sus manos.

Circuito de carreras en casa

El diseño de la pista de carreras lo realiza el propio jugador. La caja incluye cuatro pórticos o arcos de cartón numerados que hay que distribuir por la sala para delimitar el trazado del circuito. Para comenzar, el usuario debe posicionar el kart delante del primer arco.

En la pantalla aparece entonces un ayudante que colorea los neumáticos en el juego. Entre uno y otro pórtico el jugador establece el recorrido con las curvas y rectas que desee. Según avanza y conduce, el usuario «pinta» y crea la ruta sobre la que a continuación competirá.

La única condición es que el jugador debe hacer pasar el kart por debajo de los cuatro arcos respetando el orden numérico de los mismos.

El usuario puede establecer atajos u obstáculos a su antojo utilizando cualquier objeto de la sala de estar o del cuarto de juegos: cojines, sillas, peluches, bloques de construcción de juguete, etcétera.

A tener en cuenta: el kart, de tracción trasera, de vez en cuando tiene problemas en las rampas. Una vez terminada la pista, puede comenzar la carrera.

Cuando se juega por primera vez, el contraste entre la pantalla y la realidad es especialmente llamativo, sobre todo en el más alto de los cuatro niveles de velocidad en el que la experiencia de juego es realmente veloz mientras que en el mundo real un pequeño kart teledirigido simplemente se mueve por el suelo.

Oponentes a medida

En el modo de un solo jugador se compite contra personajes animados con las condiciones atmosféricas y los escenarios que se ven en la pantalla.

En el recorrido mostrado también hay monedas y «power-ups» con los que obtener ventajas: los champiñones aceleran el kart y con los caparazones de tortuga y las cáscaras de plátano se puede detener a los oponentes o ser detenido por ellos.

La conducción de los contrincantes (controlada por inteligencia artificial) se adapta a la habilidad del usuario. Si, por ejemplo, el jugador se queda atascado en el borde de la «carretera» los oponentes esperarán en lugar de seguir corriendo hacia la línea de meta.

Igualmente, cuando la calidad de la conducción del jugador aumenta, también lo hace la de sus rivales virtuales lo que dificulta al usuario deshacerse de ellos.

Las distracciones son peligrosas

No obstante, para no ver disminuido el placer de la conducción hay que contar con un par de detalles. La iluminación debe ser la correcta -ni demasiada claridad ni excesiva oscuridad- para que la cámara montada sobre el kart reconozca el trazado del circuito y los arcos.

Y es que, hay tanta animación digital en la pantalla que con una imagen sin suficiente contraste es probable que el jugador no reconozca los obstáculos pudiendo quedar el kart atascado en la pata de una silla, por ejemplo.

En ocasiones, a no ser que se coloque la consola en medio de la sala donde se está jugando, el radio de acción de cinco metros que propone Nintendo entre la Switch y el kart no es suficiente.

Por otro lado, en caso de haber mascotas en la casa, pueden mostrarse particularmente interesadas en el kart teledirigido y dificultar que cruce la meta.

Caro divertimento

El modo multijugador permite hasta cuatro karts pero para ello hay un obstáculo muy real: el precio. Un kart con cuatro arcos cuesta unos 100 euros (116 dólares) y cada coche tiene que ser controlado por una consola distinta.

Además, para poder jugar, se necesita suficiente espacio para construir un recorrido medianamente interesante. Nada más empezar, el juego advierte que no debe jugarse fuera de casa.

Podría decirse que el juguete está más bien dirigido a las familias acomodadas.

Sin duda «Mario Kart Live: Home Circuit» aparcará bajo el árbol de Navidad de muchos hogares este año. Y con razón. Es un juego innovador y divertido que también muchos adultos se alegrarán de recibir.

Lanzado por Nintendo Switch para mayores de seis años, el gran interrogante de este costoso juego es cuántas veces querrá uno desempacar, crear un nuevo circuito casero, jugar y volver a ordenar todo en su sitio.

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