Cohetes impactan cerca de embajada de EE. UU. en Irak tras voto del Parlamento para expulsar a tropas estadounidenses

Al menos dos cohetes impactaron este domingo por la noche cerca de la embajada de Estados Unidos en Bagdad, poco después de que el Parlamento iraquí votara para pedir la expulsión de las tropas estadounidenses del país, conmocionado por el asesinato del poderoso general iraní Qasem Soleimani.

Desde el asesinato el viernes del general Qasem Soleimani, arquitecto de la estrategia iraní en Oriente Medio, y de Abu Mehdi Al Muhandis, número dos de la coalición de paramilitares pro-Irán Hashd al Shaabi, el mundo teme un conflicto. 

Por un lado, Teherán clama «venganza». Por otro, el presidente estadounidense, Donald Trump, amenaza con destruir 52 objetivos iraníes, tantos como el número de rehenes que durante más de un año hubo en la embajada estadounidense en la capital iraní en 1979.

El domingo por la noche, como había ocurrido la víspera, varios cohetes impactaron cerca de la embajada estadounidense en Bagdad, en la Zona Verde, sin causar víctimas, según testigos.

Desde hace más de dos meses, decenas de cohetes han caído en zonas donde se encontraban diplomáticos y militares estadounidenses en Irak, y hasta la fecha mataron a un contratista estadounidense, a finales de diciembre.

Los asesinatos de Soleimani y de Al Muhandis han generado en Irak un inusual consenso contra Estados Unidos, en un país escenario desde hace meses de protestas contra el gobierno corrupto y la injerencia de Irán.

En el Parlamento, ante la ausencia de los diputados kurdos y de la mayoría de diputados sunitas, numerosos representantes corearon «¡No a Estados Unidos!».

«¡Decisión adoptada!»

El jefe del Parlamento, Mohamed al Halbusi, leyó una decisión que «obliga al gobierno a preservar la soberanía del país retirando su petición de ayuda» lanzada a la comunidad internacional para combatir al grupo yihadista Estado Islámico.

La coalición internacional antiyihadista liderada por Washington anunció haber «suspendido» el combate contra el EI, para dedicarse «totalmente» a la protección de sus tropas.

Mientras que entre los 168 diputados presentes -de 329- algunos reclamaban un voto, Halbusi anunció: «¡Decisión adoptada!», y luego se retiró.

Una votación alabada por Irán, que consideró que «con la adopción de esta ley, el mantenimiento de la presencia estadounidense en Irak equivale a una ocupación».

Las brigadas Kataeb Hezbolá, la facción más radical de Hashd al Shaabi, pidieron a los soldados iraquíes que se alejen «al menos mil metros» de los lugares donde están presentes los militares estadounidenses a partir del domingo por la noche, insinuando que estos sitios podrían ser el blanco de ataques.

El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, cuyo país cuenta aún con 5.200 soldados en Irak, criticó con dureza esta amenaza y calificó a las brigadas de «matones». 

El movimiento chiita libanés Hezbolá, cuyos hombres luchan junto al régimen sirio y su aliado iraní, pidió a Irak liberarse de la «ocupación» de Estados Unidos y afirmó que el ejército estadounidense «pagaría el precio del asesinato» de Soleimani.

Frente al aumento de las tensiones, Washington ya había anunciado recientemente el despliegue de entre 3.000 y 3.500 soldados más en la región.

Bagdad convocó al embajador estadounidense para denunciar «una violación de la soberanía de Irak» con «operaciones militares ilegítimas […] que pueden llevar a una escalada de tensiones en la región». 

Las muertes de Soleimani y Muhandis suscitaron una inmensa emoción en Irak e Irán.

Este domingo, una marea humano desfiló en las ciudades iraníes de Ahvaz (suroeste), Zanjan (noreste) y Mashhad (noreste) adonde llegó el féretro de Soleimani, entre clamores de «Muerte a Estados Unidos». Un grito que también se oyó en el Parlamento iraní.

Los «dos ocupantes»

Las tensiones entre Washington y Teherán no han cesado de aumentar desde la retirada unilateral de Estados Unidos del acuerdo concluido en 2015, acompañado de fuertes sanciones estadounidenses contra Teherán. Un año después de esta retirada, Irán comenzó a liberarse de algunos de los compromisos adoptados.

Este domingo, Irán anunció la «quinta y última fase» de ese plan de reducción de sus compromisos, y afirmó que se desligaba de cualquier límite «al número de sus centrifugadoras» de uranio.

Previamente, Teherán había avisado que su anunció «tomaría en cuenta» la «nueva situación» creada por el asesinato del general.

Con todo, el país indicó que seguiría sometiéndose voluntariamente al programa de inspecciones, muy exhaustivo, puesto en marcha a raíz del acuerdo de 2015 sobre el programa nuclear iraní.

Trump justificó su ataque contra Soleimani argumentando que éste preparaba ataques «inminentes» contra diplomáticos y militares estadounidenses.

Pero tras la muerte de Soleimani, «ya no es una guerra a distancia, es una guerra directa», asegura a la AFP Erica Gaston, especialista en Irán de la New America Foundation.

El presidente francés, Emmanuel Macron, transmitió a Donald Trump «su total solidaridad con los aliados», y pidió a Irán que se abstenga «de cualquier escalada militar que pueda agravar aún más la inestabilidad regional».

Asimismo, Macron, la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro británico, Boris Johnson, acordaron «trabajar juntos para reducir las tensiones en la región», declaró un portavoz del gobierno alemán.

La escalada en Irak hizo que la revuelta contra sus dirigentes, considerados corruptos e incompetentes por los manifestantes, pasara a un segundo plano. 

Con todo, este domingo también se celebraron multitud de protestas en el sur, para denunciar «a los dos ocupantes: Irán y Estados Unidos».

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