Los líderes republicanos se enfrentan este lunes en la noche (19hrs hora local) en un debate frente a frente para convencer a su electorado. Ambos candidatos están empatados según las últimas encuestas.
Después de meses de pleitos a distancia, los candidatos presidenciales Hillary Clinton y Donald Trump se enfrentarán finalmente cara a cara por primera vez en un debate presidencial el lunes por la noche, donde presentarán a los votantes sus muy distintas visiones para el futuro de Estados Unidos.
Se esperan más de cien millones de telespectadores, una audiencia equiparable a la final de la Superbowl o a los últimos episodios de series como MASH en 1983 (106 millones). A esto hay que añadir los espectadores en el resto del planeta. Porque el debate Trump-Clinton es un acontecimiento planetario. Como dice The New York Times, uno de esos raros eventos que en tiempos de fragmentación mediática —cada uno con su móvil, con sus medios, con sus ‘amigos’— crea comunidad.
Para Clinton, una victoria en noviembre depende en gran medida de congregar a la misma coalición joven y diversa que eligió a Obama, pero que aún no la ha adoptado plenamente a ella. Su director de campaña, Robby Mook, dijo el lunes a «CBS This Morning» que Clinton entiende completamente que todavía necesita ganarse la confianza de muchos votantes.
Trump, por su parte, ha sacado provecho a las ansiedades profundas de algunos estadounidenses, sobre todo los votantes blancos y de clase obrera que se sienten abandonados por una economía cambiante y una nación cada vez más diversa. Aunque el magnate de bienes raíces carece de la experiencia que los estadounidenses han buscado tradicionalmente en un presidente, ha aprovechado la frustración popular hacia los políticos de carrera.
*Con información de El País, Yahoo News y agencias internacionales