Hace menos de un mes parecía que Hillary Clinton (D) tenía seguro su retorno a la Casa Blanca. Ahora que la carrera presidencial en Estados Unidos ha entrado en su etapa decisiva —solo restan dos meses para las elecciones—, todo indica que Donald Trump (R) sigue con posibilidades, más allá de los errores que comete.
Nueva York – Las elecciones de noviembre en Estados Unidos prometen ser una competencia emocionante. Si alguien pensaba que el magnate Donald Trump llegaría sin oportunidades a la recta final, se ha equivocado, porque la favorita Hillary Clinton no termina de convencer y las encuestas muestran un electorado cambiante.
La ventaja más importante para la candidata demócrata es la fortaleza de su voto hispano, el cual ha castigado a los republicanos en las dos últimas elecciones y este año podría ser peor. En 2004, un 40 por ciento de hispanos votó por George Bush hijo, pero en 2008 y 2012, ese porcentaje cayó a 31 y 27 por ciento, y perdieron la Casa Blanca.
Eso es lo que repiten los analistas, pero en la práctica, Trump sigue mostrando que su manifiesta postura antihispanos lo mantiene con posibilidades y que sus sorpresivas acciones, como visitar al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, le rinden réditos políticos.
Los problemas de salud no parecen ser los únicos para la campaña de Hillary Clinton. Su imprevisible rival ha principiado a llamar la atención en el primer debate presidencial que tendrá lugar el 26 de septiembre, para el que anuncia muchas sorpresas. Seguramente las habrá.
Para principiar, Trump ha pedido que el debate se realice sin moderador —está anunciado Lestor Hold de NBC News—. Esto, seguramente, es parte de una estrategia, pues el candidato sabe que eso no es posible y que las reglas para debatir se discutieron entre ambos partidos meses atrás. Lo que él seguramente quiere es que aumente el interés de los televidentes por ver lo que promete ser una auténtica batalla.
En octubre volverán a verse en dos ocasiones las caras —el 9 y 19—, dos debates que podrían definir al ganador si se mantiene la contienda tan estrecha como hasta ahora.
En agosto parecía que Clinton encaminaba su campaña a una victoria, pero las encuestas siguen mostrando muchos cambios. Ahora se muestra una ventaja que oscila entre 3 y 4.5 por ciento en promedio de todas las encuestas, pero hay algunas, como la última de la cadena CCC, que dan ventaja a Trump.
No se pueden sacar conclusiones con solamente una encuesta, hay que tomar tres o cuatro y sacar un promedio, eso es más confiable, explica Samuel Wang, quien supervisa el área de proyecciones matemáticas de la Universidad de Princenton, un tema que ahora se debate en los medios de prensa, porque ya nadie se contenta con conocer el resultado de una única encuesta.
¿Qué pasa con Hillary?
El magnate Trump ha sorprendido en esta contienda, incluso a quienes le adversan en su propio partido. Tras la Convención Republicana hubo severas críticas por su línea radical contra los migrantes y, particularmente, los hispanos, la minoría más importante en este país.
Se habló de un cambio de estrategia, pero el mismo no se ha visto consistente en la dirección que algunos esperaban. En el fondo, poco ha cambiado su discurso, pero sigue avanzando entre los votantes blancos y los más conservadores. El ha sabido tocar las teclas correctas de su electorado, y eso lo mantiene con posibilidades, opina Wang al analizar los resultados de las encuestas.
En el bando demócrata no se muestra desconfianza, pero los sondeos muestran que Clinton, aunque puede seguir al frente, no convence. No ayudó que callara sobre su enfermedad reciente —neumonía—, como tampoco le han dado puntos a favor los ataques constantes que hace a su rival.
Trump aprovechó este silencio sobre la salud de la candidata demócrata, para hablar de su propio estado de salud. Hay que recordar que si él gana las elecciones de noviembre, se convertiría, a sus 70 años, en el presidente más viejo en asumir el cargo. Ronald Reagan lo hizo a los 69.
Si bien no salió tan dañada la imagen de Clinton tras las críticas por el uso privado del correo electrónico estatal cuando fue Secretaria de Estado, no ha sido positivo para ella que se sepa que la Fundación Clinton ha recibido apoyo de empresas que podrían tener tratos con el Gobierno y verse favorecidas por ello.
Un resultado interesante en las encuestas es que ambos candidatos ganan mucha antipatía, si bien, en eso sí tiene mayor ventaja el republicano.
Hillary trata de vender su experiencia por haber sido primera dama, senadora y secretaria de Estado, pero los electores no siempre conceden importancia a ser parte de la burocracia que recibe tantas críticas.
El voto regional
Cuando se habla de lo cerrada que se muestra la contienda en las encuestas, el equipo de campaña de Clinton advierte que se deben analizar de diferentes maneras, y estamos muy tranquilos por eso. La razón se debe a que los demócratas parecen consolidar su fuerza en los estados clave, para llegar a la Casa Blanca.
Los demócratas son fuertes en estados importantes, como Florida, Carolina del Norte, Virginia, Ohio y Pensilvania.
En las últimas elecciones, 17 estados y Washington han votado por el Partido Demócrata. Si repite en estos, Clinton podría sumar 224 votos, lo que supone un gran aporte para llegar a los 270 votos electorales que se necesitan para ganar la elección en el complejo sistema electoral de este país.
Tenemos el voto hispano, contaremos con los estados clave, y no hay que olvidar que también el voto demográfico nos favorece, porque los jóvenes son más afines, considera Jennifer Palmieri, del equipo de la ex secretaria de Estado.
Hay un resultado que es interesante y lo muestra el profesor Alan Abramowitz, quien ha desarrollado un modelo de pronosticar resultados electorales que no ha fallado desde 1988. El modelo tiene en cuenta la popularidad del presidente, el crecimiento económico, y el partido que ocupa la Casa Blanca. Según este modelo, Trump podría ganar con 51 por ciento de los votos; pero eso no asegura que llegue a la Casa Blanca, porque depende de los resultados por Estado.
En conclusión, no hay nada escrito. Clinton no convence como debiera y Trump no cae como muchos pronosticaron.
Con información de Charles Castillo W.