Cientos de migrantes centroamericanos que quieren llegar a Estados Unidos intentaban cruzar este lunes a México desde Guatemala mientras eran contenidos a golpe de gases lacrimógenos por guardias nacionales mexicanos en el río Suchiate, frontera natural entre ambos países.
Los migrantes llegaron en la madrugada al cruce fronterizo y pidieron a agentes migratorios paso libre por México, pero ante la falta de respuesta al mediodía se lanzaron al río desde la localidad guatemalteca de Tecún Umán, constató una periodista de la AFP.
En medio de gases y lanzando insultos contra los guardias mexicanos, los centroamericanos avanzaban con facilidad sobre el Suchiate, poco caudaloso en esta época del año, dejando detrás el puente fronterizo por donde se cruza legalmente.
«¡Déjennos pasar! ¡Pónganse la mano en el corazón!» gritaba Jorge, un hondureño que viaja con su esposa y dos de sus hijos pequeños.
El equipo de AFP en la zona observó que algunos habrían conseguido llegar a territorio mexicano.
El domingo, el gobierno mexicano informó que estaba aceptando el ingreso de más de 1.000 centroamericanos que llegaron en otro contingente el fin de semana, y que estudiaría los casos de cada uno, aunque advirtió que la mayoría podrían ser devueltos.
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ofreció 4.000 empleos para aquellos que acepten quedarse en el sur de México.
Pero Tania, una hondureña de San Pedro Sula que intentaba cruzar, dijo a la AFP: «Nos engañan, los están deportando a los que aceptaron registrarse».
– Desesperación –
Los migrantes de la llamada caravana 2020 en la que también viajan familias completas con niños pequeños, se concentraron desde la madrugada en la aduana de Guatemala en la ciudad Tecún Umán (suroeste).
Las autoridades guatemaltecas les permitieron ingresar al puente internacional Rodolfo Robles, que conecta a ambos países, y acercarse a unos metros de la reja del lado mexicano, fuertemente custodiada por agentes migratorios y guardias nacionales con equipos antidisturbios.
«Nos desesperamos por el calor que está afectando demasiado y más que todo es por los niños», dijo a la AFP el hondureño Elvis Martínez, de 33 años, mientras se apresuraba a saltar al río con los zapatos puestos.
«Le pido a López Obrador que se ponga la mano en la conciencia» y los deje pasar por el territorio mexicano, añadió el migrante.
Si bien gobierno mexicano ha aceptado analizar las solicitudes de algunos centroamericanos y les han ofrecido trabajo en programas sociales del gobierno, al mismo tiempo hay un despliegue de guardias nacionales inédito en la zona.
Tras las multitudinarias caravanas de centroamericanos que llegaron a México a finales de 2018 y principios de 2019, el presidente estadounidense Donald Trump hizo fuertes reclamos al gobierno mexicano y amenazó con imponer aranceles a productos de este país si no se tomaban medidas para detener la oleada migratoria.
López Obrador ordenó entonces el despliegue de unos 26.000 guardias nacionales en sus fronteras norte y sur en un intento por contener esta oleada centroamericanos que huyen de la pobreza y la violencia y buscan pedir asilo en Estados Unidos.
La también llamada «Caravana de la Esperanza, Dios es amor», salió el martes pasado del norte de Honduras y tras atravesar Guatemala se han unido guatemaltecos, salvadoreños y nicaragüenses.
Unos 3.500 migrantes integran el grupo, según estimaciones de autoridades migratorias centroamericanas.
«Salimos de Honduras por la mala economía y por miedo», dijo Mayra Zelaya, de 23 años, mientras cargaba en los brazos a su niña de 10 meses de edad. Zelaya viaja con su esposo y otro hijo de cuatro años con los que espera llegar a Estados Unidos.
Parte de la caravana intentó entrar a empujones el sábado por la mañana, pero fueron contenidos por los militares mexicanos. Luego grupos reducidos ingresaron a cuentagotas y varios cientos fueron llevados a albergues.
Para disuadir el avance, el gobierno mexicano puso en marcha el Programa de Emergencia Social que incluye dos programas de empleo que serán habilitados en ocho departamentos de Honduras y 14 departamentos de El Salvador.