Las explosiones más poderosas desde que el Big Bang puso en movimiento el universo hace casi 14 mil millones de años producen aún más energía de lo que se pensaba, dijeron los científicos el miércoles.
En un estudio publicado en Nature este miércoles, dos equipos internacionales describen sus hallazgos al estudiar sendos estallidos de rayos gamma (GRB, por Gamma Ray Burst) fenómeno producido cuando colisionan dos estrellas de neutrones o cuando una estrella gigante estalla en supernova y colapsa en agujero negro.
Las GRB son las explosiones más poderosas conocidas en el Universo y «liberan en pocos segundos más energía que el Sol durante 10,000 millones de años», dijo David Berge, jefe de astronomía de rayos gamma del Deutsches Elektronen Synchrotron (DESY) en Hamburgo, Alemania.
Pero las nuevas mediciones «muestran que la energía liberada en los rayos gamma es comparable a la cantidad irradiada por todas las energías restantes juntas. ¡Eso es notable!», acotó la investigadora de DESY, Konstancja Satalecka.
Las GRB pueden durar desde unos pocos milisegundos hasta varias horas y son un fenómeno relativamente raro.
Dos GRB en seis meses
En julio de 2018 los telescopios espaciales de la Nasa concebidos específicamente para el estudio de las GRB, Fermi y Swift, detectaron una de estas explosiones cósmicas. Y seis meses después, en enero de 2019, una segunda GRB.
Ante cada una de esas explosiones, los servicios mundiales de astronomía se pusieron en alerta y 10 horas después del primer caso, fueron detectados fotones de 0.1 a 0.4 teraelectronvoltios por los radiotelescopios del sistema estereoscópico de alta energía (HESS) desplegado en las altas mesetas de Namibia.
Y en enero de 2019 fue el turno del observatorio Magic, situado en las islas Canarias, de detectar fotones que oscilaban entre 0.2 y 1 teraelectronvoltio (Tev).
Esa es una cantidad ínfima en la vida cotidiana ya que un bombillo consume 62 millones de Tevs, pero inimaginablemente grande en el nivel de particulas subatómicas, de las que hacen falta quintillones y más quintillones para crear un bombillo.
«Estas son, de lejos, los fotones más energéticos jamás descubiertos luego de una explosión de rayos gamma», explica en el trabajo Elisa Bernardini, una de las responsables del observatorio Magic.
«Pudimos ubicar la región de origen tan rápido que comenzamos a observarla solo 57 segundos después de la detección inicial de la explosión», acotó Cosimo Nigro de Magic.
Estos fenómenos, registrados uno a 4.000 millones de años luz de la Tierra, y el otro a 6,000 millones, permite a los radioastrónomos comprender mejor la mecánica del fenómeno.
También corregir las estimaciones sobre la energía involucrada en un GRB, dijo Satalecka. «Nos faltaba alrededor de la mitad de la energía involucrada», explicó.
Las explosiones de rayos gamma fueron descubiertos por casualidad en la década de 1960 por satélites militares espía estadounidense que buscaban rayos gamma para detectar si la Unión Soviética realizaba ensayos nucleares atmosféricos.
Desde entonces, los astrónomos los han rastreado con dificultad a través de la atmósfera terrestre, y en los últimos años más facilmente con telescopios espaciales.