Mientras la Juventus sigue dependiendo de las genialidades de Cristiano Ronaldo, el AC Milan ha aprendido a vivir y ganar sin su estrella, Zlatan Ibrahimovic, que parece haber transmitido su ilimitada confianza a un joven equipo que juega sin complejos.
Sin el sueco, lesionado desde finales de noviembre, el Milan se ha mantenido imbatido para seguir ocupando sorprendentemente la primera plaza de la Serie A antes de recibir al vigente campeón en la 16ª fecha del campeonato italiano.
La Juventus se encuentra a 10 puntos de su rival y un tropiezo en San Siro supondría su adiós casi definitivo a su deseo de ganar su décimo ‘Scudetto’ consecutivo. Los piamonteses mantienen su nivel cuando pueden contar con Ronaldo, pero pierden pegada si el portugués está ausente (tres empates sin él frente a Crotone, Hellas Verona y Benevento).
“Está claro que entre él y el resto del equipo existe en estos momentos un abismo en términos de rendimiento y de nivel”, constató el lunes el diario La Repubblica, al día siguiente de una nueva demostración de CR7: dos goles y una asistencia en la goleada contra el Udinese (4-1).
Con 14 goles (¡y seis dobletes!), el portugués lidera la clasificación de goleadores de la Serie A, uno de sus objetivos para convertirse en máximo artillero en tres de los grandes campeonatos europeos, tras lograrlo en Inglaterra con el Manchester United y en España con el Real Madrid.
Los récords de Ronaldo
Sensible a cualquier tipo de récord que pueda acumular, Ronaldo persigue también la marca de 767 goles que se atribuye a Pelé en partidos oficiales (el brasileño marcó más de 1,200 en toda su carrera). El portugués suma actualmente 758, de los que 102 los ha anotado con su selección nacional.
Aunque la Juventus pueda celebrar el insaciable apetito de su goleador y su gran estado de forma a sus casi 36 años (los cumple en febrero), el entrenador Andrea Pirlo querría depender algo menos de su estrella, que ha marcado la mitad de los goles del equipo en el campeonato.
Es cierto que el español Álvaro Morata se ha impuesto como el complemento ideal, pero hay pocas alternativas a este dúo ‘Moraldo’, ya que el argentino Paulo Dybala se ha mostrado hasta ahora transparente y el galés Aaron Ramsey peca de falta de efectividad de cara al gol.
Los turineses se plantean incluso reforzar su delantera en el mercado de enero y ya han comenzado a circular nombres como el español Fernando Llorente o el francés Olivier Giroud.
“El miércoles llega a San Siro el rey del gol. Pero en el fútbol, el éxito es del grupo. La Juve deberá ser un equipo, como hasta ahora lo ha sido el Milan, incluso sin su propio CR7: Ibra”, resumía La Gazzetta dello Sport.
Ibrahimovic también tiene un gran peso en el juego ofensivo del Milan, con 10 goles anotados en solo seis partidos disputados.
El sueño de Ibra
Su lesión, a finales de noviembre, levantó con toda lógica algunas dudas respecto a que el Milan pudiera mantener su ritmo, pero en los siete partidos que ha jugado sin el delantero sueco, se han saldado con cinco victorias y dos empates, lo que no ha hecho sino aumentar la confianza de sus jóvenes compañeros.
El entrenador Stefano Pioli se mantiene fiel al sistema diseñado para ‘Ibra’, al que ha sustituido por el croata Ante Rebic primero y después por el portugués Rafael Leao. El joven luso (21 años), criticado en ocasiones por su irregularidad, destacó el domingo con un bonito tanto que sirvió para sentenciar el triunfo contra el Benevento (2-0), pese a que los milanistas jugaron una hora con un hombre menos.
Y ante la falta de su goleador, todo el equipo, desde los defensas a los delanteros, han asumido la responsabilidad de cara al arco contrario y son ya 13 jugadores diferentes los que han festejado esta temporada. Solo el Atalanta supera esa cifra, con 14 goleadores diferentes, mientras que la Juventus cuenta con 8.
Equipo con la media de edad más baja del campeonato, con futbolistas sin palmarés, pero también sin complejos, el Milan parece estar poseído por esa desmedida autoconfianza que tiene ‘Ibra’, que regresó hace un año a la capital lombarda para ejercer ese papel de tutor de la nueva generación.
“La presión y la responsabilidad la tomo sobre mis hombros. Ellos sólo tienen que trabajar, creer y seguir”, lanzó en noviembre el sueco de 39 años, quien pese a estar alejado de las canchas desde noviembre, hace unos días instó a sus compañeros a “atreverse a soñar con el título”.