Los más altos responsables políticos en la provincia china de Hubei y su capital, Wuhan, fueron removidos sumariamente el jueves de sus cargos por determinación del partido Comunista de China (PCC), anunció la prensa estatal.
El poderoso secretario del PCC para la provincia de Hubei, Jiang Chaoliang, fue separado del cargo y será substituido de inmediato por el alcalde de Shanghái, Ying Yong, de acuerdo con informaciones de la agencia Xinhua.
Simultáneamente, el secretario del PCC en Wuhan, Ma Guoqiang, también perdió el cargo en una jornada en que el número de personas muertas por la epidemia de COVID-19 ya alcanzó los 1,355, con casi 60,000 casos confirmados de contagio.
A inicios de febrero, Ma había protagonizado una admisión de culpa tan dramática como inusual entre funcionarios del PCC
«Fui invadido por un sentimiento de culpa, por los remordimientos», había dicho Ma en referencia a la demora de las autoridades en Wuhan en reaccionar a las evidencias de una epidemia.
«Esta epidemia probablemente habría sido atenuada, no se habría transformado en lo que es ahora», comentó.
A inicios de esta semana también habían sido abruptamente removidos de sus cargos dos otros altos funcionarios de la Comisión de Salud de Hubei luego de una oleada de críticas públicas a la demora en reaccionar a la epidemia.
Cuando surgieron los primeros alertas sobre un coronavirus desconocido que provocaba una neumonía viral, esas autoridades habían amonestado públicamente a los responsables por la divulgación de «rumores».
El evidente descontento se convirtió en furia cuando uno de los primeros en alertar sobre la epidemia, el oftalmólogo de 34 años Li Wenliang, también contrajo la enfermedad y pasó a integrar la estadísticas de personas muertas.
Al formular su alerta, Li había sido sancionado por las autoridades sanitarias de Hubei.
Toda la provincia de Hubei, con sus casi 56 millones de habitantes, se encuentran virtualmente en cuarentena, en una medida desesperada para contener la propagación de la epidemia.
Especialistas creen que el nuevo coronavirus surgió en un mercado de pescados y mariscos en Wuhan, que era famoso por la oferta clandestina de carnes exóticas y animales vivos.