China anunció el viernes la inminente imposición de sanciones contra las empresas de Estados Unidos implicadas en una venta de armas por 2.200 millones de dólares a Taiwán, isla reivindicada por Pekín.
«Las ventas de armas a Taiwán por parte de Estados Unidos constituyen una grave violación de las normas fundamentales del derecho internacional y de las relaciones internacionales» indicó en un comunicado Geng Shuang, un portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores.
«Para preservar los intereses nacionales, China impondrá sanciones a empresas estadounidenses que participen en esta venta de armas a Taiwán, agregó en un corto comunicado.
El portavoz no precisó la naturaleza de las medidas de represalias ni a qué compañías iban dirigidas.
China considera a Taiwán como una de sus provincias. El territorio está dirigido por un régimen rival que se refugió en esta isla después de la llegada al poder de los comunistas en el continente en 1949, al término de la guerra civil china.
Alrededor de 23 millones de personas habitan en esta isla, y la gran mayoría pertenecen a la etnia Han como en China continental.
250 lanza-misiles
Taiwán no es reconocida como un Estado independiente por la ONU. Y Pekín amenaza con recurrir a la fuerza en caso de una proclamación formal de independencia en Taipéi o de intervención exterior, especialmente de Washington.
El lunes, el departamento de Estado estadounidense anunció la mencionada venta de armas. Esta comprende 108 carros de combate y 250 lanzamisiles tierra-aire. El congreso estadounidense tiene 30 días para oponerse, algo poco probable.
No es la primera vez que Estados Unidos autoriza una venta de armas a Taiwán, y cada vez que ocurre, China muestra su firme oposición. Sin embargo, el anuncio de sanciones contra empresas estadounidenses no es habitual.
Al día siguiente del anuncio, Pekín reaccionó llamando a Washington a «anular inmediatamente» la operación para «evitar perjudicar aún más las relaciones» bilaterales.
Los lazos entre ambos países están seriamente dañados en razón de la guerra comercial que libran desde el año pasado, con sanciones arancelarias.
Jugar con fuego
Prácticamente en el mismo momento del anuncio de las sanciones el viernes, el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, recomendó a Estados Unidos «no jugar con fuego» en la cuestión de Taiwán.
Wang Yi hizo estas declaraciones desde Hungría, donde se encuentra de visita, durante una rueda de prensa junto a su homólogo húngaro, Peter Szijjarto.
Estados Unidos rompió sus relaciones diplomáticas con Taipéi en 1979 para reconocer al gobierno comunista en Pekín como el único representante de China. En cambio sigue siendo el aliado más poderoso, con cierta ambigüedad, del territorio insular y su principal proveedor de armas.
El anuncio de las sanciones coincide con la estancia en Nueva York de la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen, antes de una gira diplomática con aliados en el Caribe. Pekín tiene en su punto de mira a la dirigente de la isla por las posiciones de su partido a favor de la independencia.
China, en contra de esta gira, prohíbe a cualquier país con el que mantiene relaciones diplomáticas -como Estados Unidos- a recibir a altos responsables políticos taiwaneses, algo que considera como una forma de reconocer a las autoridades de Taipéi.