Las autoridades chinas anunciaron el sábado que suprimían algunas restricciones en los desplazamientos en la provincia de Hubei (centro), epicentro de la epidemia de coronavirus, y levantaron el confinamiento en varios barrios y pueblos.
Casi todo el territorio provincial, en cuya capital Wuhan fue detectado en diciembre el nuevo coronavirus, fue aislado a finales de enero para contener la propagación de la enfermedad.
Más de 50 millones de habitantes se vieron bloqueados en el interior de sus localidades.
En las ciudades, la mayoría de la población solo podía salir de sus complejos residenciales para ir a comprar. Los pueblos estaban recluidos.
«Todas [las autoridades administrativas] en los barrios urbanos y municipios rurales que están clasificados con riesgo bajo levantaron el confinamiento», declaró Liu Dongru, vicedirector de la comisión de salud de Hubei.
Unas medidas parecidas se han aplicado a las zonas de «riesgo moderado» y «elevado», siempre y cuando «no se haya registrado ningún caso confirmado», agregó en una rueda de prensa, sin dar más detalles.
Este anuncio tiene lugar después de que el ministerio de Sanidad dijera el sábado que solo se produjeron cuatro nuevos contagios en Hubei, una cifra muy inferior a la de miles de casos que se anunciaban a diario en febrero.
El presidente Xi Jinping afirmó el martes en Wuhan que la epidemia estaba «prácticamente contenida». Poco después, las autoridades de Hubei anunciaron las primeras medidas para reducir las restricciones de movimiento.
Sin embargo, estas medidas todavía no se aplican a la ciudad de Wuhan, la más afectada.