El Producto Interior Bruto (PIB) de Chile se contrajo un 9.1% en el tercer trimestre con respecto al mismo periodo del año anterior, una contracción menor a la observada en el segundo trimestre del -14.5% en el marco de la emergencia sanitaria de la Covid-19 y sus consecuencias, pero que confirma la entrada en recesión del país andino tras dos contracciones trimestrales consecutivas en su economía, según con el Banco Central chileno.
El informe del organismo indica que las actividades más afectadas durante el periodo fueron los servicios personales, la construcción, el transporte, los restaurantes y hoteles y servicios empresariales. Desde la perspectiva del gasto los impactos se reflejaron, principalmente, en un menor consumo de los hogares y la inversión.
De este modo, todas las actividades registraron caídas con excepción de la Administración, que creció en torno al 0.3%, y el comercio, que se mantuvo en línea con el año anterior. Así, el PIB minero sufrió una contracción del 1% mientras que el asociado al resto de actividades cayó un 10%.
La demanda interna se redujo un 11.4% ante el impacto de la crisis, aunque en menor medida que el trimestre anterior (-20.6%). La caída en el consumo de los hogares (-8.8%) se explicó por el menor gasto en servicios y, en menor medida, en bienes no duraderos.
Por su parte, la formación bruta de capital fijo se redujo un 18.5% en comparación con el año anterior.
Respecto al comercio exterior de bienes y servicios, las exportaciones cayeron un 7.2%, mientras que las importaciones se redujeron un 15%.
Sin embargo, la comparación con el trimestre precedente y con cifras ajustadas por la estacionalidad revela que la economía chilena rebotó un 5.2% durante el tercer trimestre, en línea con la reactivación gradual de la economía, las medidas económicas de apoyo a los hogares y el retiro por parte de los ciudadanos de los fondos de pensiones.