India tiene millones de casos de coronavirus, una economía a media asta y ruido de sables en su frontera con China, pero la historia que domina en la televisión es el suicidio de un actor de Bollywood. La prensa acusa a su exnovia, también actriz, de haber usado cánnabis y magia negra para empujarlo a quitarse la vida.
Sushant Singh Rajput se suicidó a mediados de junio a los 34 años.
Algunas voces denuncian una «caza de brujas» misógina y carente de deontología, puesto que se hacen simulacros en directo sobre cómo el actor se suicidó y se difunden fotos de él sonriendo para demostrar que no sufría de depresión.
La familia de Rajput acusa a la actriz Rhea Chakraborty, de 28 años, de haberlo acosado y de haberse aprovechado de su dinero, lo que la joven desmiente categóricamente.
Rhea Chakraborty fue detenida el martes, acusada de haber comprado cánnabis para el actor, cuyo suicidio está siendo investigado por la policía desde agosto.
Justicia mediática
«Cada vez que uno piensa que las noticias de la televisión no pueden caer más bajo, estas cadenas encuentran la manera de hacerlo», afirma Geeta Seshu, una especialista en medios de comunicación.
«Es muy fácil para ellas hacerse pasar por cruzados de la justicia afirmando que los organismos gubernamentales no están haciendo su trabajo, pero eso no es cierto. Sus investigaciones no abarcan temas serios«.
El mundo de la televisión india tiene una larga trayectoria de cobertura al estilo sensacionalista, sobre todo en lo referente a los crímenes y las celebridades.
En 2018, tras el ahogamiento accidental de la estrella de Bollywood Sridevi en un hotel de Dubái, un periodista recreó la escena dentro de una bañera.
Periodistas en busca de culpables suelen perseguir a conocidos de las víctimas incluso antes de que los tribunales examinen los casos.
La cobertura del suicidio de Sushant Singh Rajput no es una excepción a la regla, pero llama la atención en un país angustiado por el futuro.
Mientras las televisiones aplaudían el arresto de Rhea Chakraborty, India pasaba a ocupar el segundo lugar en el mundo en número de casos de coronavirus.
Los principales canales como Republic y Times Now, abiertamente partidistas, han dado un respiro al primer ministro nacionalista hindú Narendra Modi centrándose en el caso Rajput.
«Injusto y misógino»
La muerte del exitoso actor conmocionó a un país donde la depresión se ha estigmatizado durante mucho tiempo y se considera que afecta a los fracasados.
Cuando su familia declaró a los medios que no estaba deprimido y que había sido manipulado por la actriz, muchos lo creyeron, empezando por las televisiones.
Y algunos políticos: el partido de Modi, el Bharatiya Janata Party (BJP, Partido del Pueblo Indio), lanzó la campaña #JusticeForSushant en Bihar (este), el estado natal del actor, donde se celebran elecciones en octubre.
No todo el mundo está de acuerdo. Muchos famosos de Bollywood piden #JusticeForRhea en sus perfiles de Instagram. La actriz Vidya Balan condenó «el circo mediático».
Las imágenes de camarógrafos empujando a la joven actriz, sin respetar las reglas del distanciamiento físico, causaron malestar.
«Es la demonización de una mujer joven», estima la activista feminista Vandita Morarka. «Es extremadamente injusto y muy misógino».
A falta de una reglamentación, es poco probable que el sensacionalismo decaiga. “Las cadenas hacen prácticamente todo lo que quieren”, dice Seshu, quien advierte del riesgo de que esto erosione la confianza de la población en los medios de comunicación.