Una catedral armenia histórica en Nagorno Karabaj resultó dañada por proyectiles de las fuerzas azerbaiyanas, en esta región separatista escenario de violentos combates desde hace casi dos semanas, afirmó el jueves el gobierno armenio.
«Las fuerzas armadas de Azerbaiyán bombardearon la iglesia armenia de Ghazanchetsots (del Cristo Salvador) en la ciudad de Shusha», indicó el centro de información del gobierno armenio en un mensaje en Facebook.
Una corresponsal de la AFP constató importantes daños: un gran agujero en el techo del edificio, vidrieras reventadas y los bancos y varios objetos religiosos, volcados entre el polvo y los escombros.
«No hay militares aquí, nada estratégico, ¿cómo pude nadie apuntar contra una iglesia? Es una catedral muy importante para nosotros», comentó Simeon, un vecino de la zona.
«Valores espirituales»
Para el arzobispo de Karabaj, Parguev Martirossian, este ataque es propio de los métodos del grupo yihadista «Estado Islámico, ellos [los azerbaiyanos] atacan nuestros valores espirituales», declaró a la AFP.
Situada a unos kilómetros al sur de Stepanakert, la capital separatista, la ciudad de Shusha había quedado en gran parte destruida durante una batalla decisiva durante la guerra de Nagorno Karabaj, a principios de los años 1990.
Su catedral fue reconstruida tras los enfrentamientos y se había convertido en un símbolo para los armenios.
A Shusha, dividida durante mucho tiempo entre las dos culturas –cristiana por Armenia y musulmana por Azerbaiyán–, se la suele llamar la «Jerusalén de Nagorno Karabaj».
Los beligerantes armenios, cristianos, y azerbaiyanos, chiitas de habla turca, no parecían el jueves querer deponer las armas, antes de una primera reunión de los primeros internacionales en el conflicto, que debía celebrarse este jueves en Ginebra.
Los bombardeos azerbaiyanos se prolongaron durante toda la noche en Stepanakert, según periodistas de la AFP, y en zonas habitadas de Azerbaiyán, según las autoridades locales.
El balance oficial desde el 27 de septiembre, cuando se reanudaron los enfrentamientos, asciende a entre 300 y 400 muertos, incluyendo a unos cincuenta civiles. Pero este balance es muy parcial, pues Bakú no anuncia sus pérdidas militares y ambos bandos afirman haber eliminado a miles de soldados rivales.