- El expresidente se presentó en la corte federal de Washington para insistir en que no puede ser juzgado por su actos tras las elecciones de noviembre de 2020.
Voz de América
Salomé Ramírez Vargas
WASHINGTON — Una lluviosa y fría mañana ambientó el martes la llegada del expresidente de Estados Unidos Donald Trump a la corte de apelaciones federal en Washington, donde abogados, juezas y la fiscalía alegaron en una audiencia relacionada a la posible inmunidad presidencial del exmandatario.
Al concluir la audiencia, Trump reiteró su inocencia, defendió su derecho a la inmunidad y aseguró que su enjuiciamiento por acciones durante su presidencia, sentaba “un muy mal precedente” para el país, mientras continuó sus ataques al presidente Joe Biden, su posible oponente en su intención de regresar a la Casa Blanca.
“Es algo muy triste lo que está pasando (…) No hice nada malo, no hice absolutamente nada malo, (estaba) trabajando para el país”, insistió ante la prensa el exmandatario, quien repitió sus denuncias -sin base- de que trabajó en 2020 para proteger un fraude electoral que múltiples fuentes han comprobado que no existió.
Decenas de periodistas, camarógrafos y curiosos llegaron hasta el edificio en el centro de la capital estadounidense para ser testigos de los argumentos orales.
La audiencia comenzó a las 9:30 a.m. hora local en medio de un fuerte operativo de seguridad que facilitó el acceso de Trump y sus abogados al quinto piso del edificio.
Jueces y abogados enfrentan sus opiniones
Dean John Sauer, uno de los abogados de Trump, ofreció los argumentos de la defensa al comienzo de la audiencia este martes. “Autorizar el juzgamiento de un presidente por sus actos oficiales abriría una caja de Pandora de la que esta nación no se recuperaría”, dijo Saur.
La jueza Michelle Childs preguntó a Sauer si su posición era que un presidente es inmune incluso por acciones tomadas con un propósito ilegal e inconstitucional. “Eso es correcto”, respondió Saur.
El abogado agregó que para poder ser juzgado, el presidente debía pasar por un juicio político en el Congreso, lo que no sucedió previo a ser radicados los cargos. Child aseguró que esta posición era contraproducente al argumento de que Trump no podía ser juzgado en la corte por un principio de separación de poderes.
“Usted (Sauer) está admitiendo que eso no es cierto, porque en algunas circunstancias, el poder judicial puede (juzgar a Trump)”, agregó la jueza Child.
Sauer, por su parte, agregó que la “noción de que no existe inmunidad criminal para un presidente también autorizaría, por ejemplo, que el presidente Biden sea juzgado en el Distrito Oeste de Texas después de dejar la presidencia por el mal manejo de la frontera suroeste”.
La jueza Florence Pan continuó el cuestionamiento a Sauer asegurando que existen precedentes en los que se ha determinado que “ningún exfuncionario oficial es inmune de investivación y procesamiento”, a lo que el abogado contestó que eso sería “cierto para oficiales subordinados, pero no para la oficina principal del presidente”.
Sauer concluyó en su argumento que si un presidente tuviera que “mirar sobre el hombro cada vez que tuviera que tomar una decisión controversial y preocuparse por cuando deje la oficina si irá a la cárcel, debilitaría la habilidad de un presidente de tomar posiciones difíciles”.
El abogado aseguró a las juezas que de decidir en su contra, renovarían su petición de desestimación y enviarían a revisión ante la Corte Suprema. La declaración del abogado de Trump se extendió por 45 minutos.
La fiscalía defiende su posición
“Nunca en la historia de nuestra nación se ha estado frente a la posibilidad de que un presidente afirme inmunidad a un procesamiento penal que se extiende más allá de su mandato”, dijo a las juezas James Pearce, un abogado de carrera del Departamento de Justicia, encargado de presentar los argumentos de la fiscalía ante las juezas.
Al iniciar su argumento, Pearce resaltó que el presidente tiene “un papel constitucional único, pero no está por encima de la ley, los principios de separación de poderes, los controles constitucionales, la historia, los precedentes y otras doctrinas de inmunidad, todo apunta a la conclusión de que un ex presidente no goza de inmunidad procesal penal
Sobre el argumento de que un presidente tendría que pasar primero un juicio político en el Congreso, Pearce aseguró que eso se trata de un “proceso político”, mientras el caso actual ante la corte es un “proceso legal”.
“Nunca antes han habido alegaciones de que un presidente use niveles de poder para fundamentalmente tratar de subvertir la democracia y el sistema electoral, y francamnente, si ese tipo de patrón de hecho vuelve a suceder, sería muy aterrador”, agregó el abogado.
La jueza Childs cuestionó a la fiscalía si debían ver la pregunta general con respecto a inmunidad presidencial o ver este casos únicamente sobre sus hechos para darlos como ciertos. Pearce aseguró que la fiscalía prefiere la segunda opción y sugirió al panel que “al balancear los intereses del caso”, la naturaleza histórica del caso tenga un “peso extraordinario” en su decisión.
Pearce habló durante 25 minutos. Previo a concluir la audiencia, el abogado de Trump tuvo una última participación en la que fue cuestionado sobre la naturaleza del argumento de un juicio político en el Congreso.
-“¿Si el presidente Trump hubiera sido condenado por el Congreso por la misma conducta, el gobierno podría procesar?”, preguntó la jueza Pan.
– “No diría que eso es incorrecto”, respondió Sauer.
El procedimiento terminó un poco más de una hora después de su comienzo, durante el cual no intervino Trump. En su lugar, escuchó en silencio todos los argumentos.
Un caso histórico
Este procedimiento hace parte del caso presentado por el fiscal especial Jack Smith que lo acusa de obstruir al Congreso y defraudar al gobierno de Estados Unidos mediante planes para revertir la victoria electoral del presidente demócrata Joe Biden en 2020.
Trump ha dicho que el caso debería ser desestimado con el argumento de que los expresidentes no pueden enfrentar cargos penales por conductas relacionadas con sus responsabilidades oficiales.
La jueza de distrito estadounidense Tanya Chutkan rechazó ese reclamo el 1 de diciembre, lo que provocó la apelación de Trump ante la Corte de Apelaciones de Estados Unidos para el Circuito del Distrito de Columbia. La apelación de Trump suspendió su juicio, que actualmente se celebrará el 4 de marzo.
Fue el mismo expresidente quien informó el lunes que asistiría a la Corte de Apelaciones para escuchar los argumentos en el caso. A través de la red social Truth Social, Trump aseguró que “por supuesto, como presidente de EEUU y Comandante en Jefe, tenía derecho a inmunidad”.
Trump agregó que “no estaba haciendo campaña” y que “estaba buscando fraude electoral” con sus acciones. Luego aseguró que si no recibe inmunidad, tampoco la tendría el actual presidente Biden, a quien criticó por la creciente llegada de migrantes a la frontera suroeste del país.
En diciembre pasado, el fiscal especial Smith pidió a la Corte Suprema emitir una decisión rápida en el tema y rechazar la apelación de Trump, sin embargo, la corte rechazó conceder la decisión, lo que permitió al tribunal federal de apelaciones escuchar el asunto primero.
Una vez la corte de apelaciones federal emita una decisión, la Corte Suprema podría decidir si toma o no el caso.
Smith ha argumentado que “los principios de separación de poderes, el texto constitucional, la historia y los precedentes dejan en claro que un ex presidente puede ser procesado por actos criminales que cometió mientras estaba en el cargo, incluidos, lo más crítico aquí, actos ilegales para permanecer en el poder a pesar de perder una elección”.
El expresidente estuvo en una corte de Washington en agosto, cuando se declaró inocente de los cargos federales por interferencia electoral.