Advertencia del naturalista británico David Attenborough en medio de la cumbre climática COP26.
David Shukman (Editor de ciencia BBC)
Attenborough argumenta que las naciones ricas tienen una responsabilidad moral para ayudar a las más pobres del mundo y que sería realmente catastrófico si ignoramos sus problemas. Cada día que pasa y no hacemos algo es un día perdido, añade.
Attenborough, de 95 años, ha dedicado gran parte de su carrera a la divulgación científica. Ha puesto voz a decenas de series sobre la vida en la Tierra y se le considera un pionero en la realización de documentales sobre la naturaleza.
Sin tiempo que perder
El Panel Intergubernamental del Cambio Climático de las Naciones Unidas concluyó recientemente que es inequívoco que la actividad humana está aumentando las temperaturas globales.
Y Attenborough me dijo que eso era la prueba de que tanto él como otros no han estado haciendo un escándalo por nada y que los riesgos de un mundo más caliente son reales.
Lo que los científicos han dicho durante 20 años, y que hemos estado reportando tú y yo, no han sido falsas alarmas. Cada día que pasa y no hacemos algo es un día perdido. Y las cosas están empeorando, dice Attenborough.
El naturalista lamenta que los reportes sobre el clima no han convencido a todos y que eso esté frenando los esfuerzos para luchar contra el cambio climático.
Todavía hay gente en Norteamérica o en Australia que, aunque lamentan que un incendio forestal haya demolido por completo o incinerado una aldea, creen que se trata de algo que sucede solo una vez. Pasa sobre todo si costará dinero a corto plazo. La tentación es negar el problema y pretender que no está pasando, dice.
Pero cada mes que pasa, se vuelve cada vez más incontrovertible, los cambios en el planeta de los que somos responsables están teniendo estos efectos devastadores.
El debate sobre las emisiones
Su llamado por una respuesta urgente refleja la última evaluación científica que indica que para evitar los peores impactos del aumento de temperatura, las emisiones globales de carbono necesitan reducirse a la mitad antes de 2030.
Es por ello que los próximos años han sido descritos como la década decisiva y por lo que las conversaciones durante la COP26 son tan cruciales para poner al mundo en un camino más seguro.
Tal y cómo están las cosas, se proyecta que las emisiones continúen aumentando en lugar de empezar a caer.
Sir David suena más exasperado que nunca.
Si no actuamos ahora, será demasiado tarde. Tenemos que hacerlo ahora.
Durante años, los países emergentes han acusado a las naciones más ricas, las primeras que empezaron a contaminar la atmósfera, de no asumir su parte de la carga.
El argumento es que esas naciones deberían realizar los cortes más profundos de emisiones de carbono y proveer ayudas para aquellas que lo necesiten más.
La larga promesa de invertir US$100.000 millones al año para un desarrollo bajo en carbono y construir defensas más fuertes contra un clima violento está aún por cumplirse.
Para Sir David, este sería uno de los desafíos más preocupantes y dice que sería realmente castrófico si se ignoran las amenazas a las naciones más pobres.
Es probable que partes enteras de África sean invivibles. La gente tendrá que mudarse a causa del avance del desierto y el incremento de calor. ¿Y dónde irán? Bueno, muchos de ellos tratarán de entrar en Europa.
¿Decimos entonces que no tiene nada que ver con nosotros y nos cruzamos de brazos?
Lo causamos. Nuestro tipo de industrialización es uno de los mayores factores en provocar este cambio en el clima. Así que tenemos una responsabilidad moral.
Trabajo incansable
Finalmente le pregunté sobre su frenética carga de trabajo con 95 años.
Con esa edad sigue filmando documentales, hablando en la cumbre del G7, en el Consejo de Seguridad de la ONU y en el Premio Earthshot del Duque de Cambridge.
No planeo mucho a largo plazo. Como dices, tengo 95 años. ¿Qué tan lejos puedo llegar? No está en nuestro poder decir o saber esas cosas.
Todo lo que sé es que si me levanto mañana y me siento capaz de completar un día de trabajo decente, entonces debería hacerlo con alegría y sentirme agradecido.
Llegará el día en que me levantaré de la cama y pensaré que no pueda hacerlo. ¿Cuándo pasará? Eso no lo sé.
Al verle grabar durante cinco horas seguidas y permanecer no solo concentrado sino también de buen humor, pensé en que todavía ama lo que hace.