El club no ha recibido una sola oferta por él, pero acepta romper el contrato que firmó hace poco más de un año y que concluía en 2019.
Sergio Busquets, como es lógico, apareció ayer en la primera lista de Del Bosque para la Eurocopa y, salvo una lesión traicionera, estará en la relación definitiva. El mejor medio centro del mundo, el jugador que – según propia confesión – habría querido ser el seleccionador español, estará en Francia, será fijo en la alineación y si las cosas van como deben ir, puede que durante el torneo – acaso antes – ya se anuncie el acuerdo verbal de ampliación y mejora de su contrato con el Barcelona. El documento se firmará en julio, nada más empezar el nuevo ejercicio económico.
El Barcelona y Josep Maria Orobitg, que oficialmente no han negociado ni negociarán nada mientras el equipo se juegue un título (y aún queda la Copa), sí han trabajado sobre los documentos intercambiados hace meses con la oferta del club y la contraoferta del futbolista. Vamos, que han seguido hablando. Eso sí, la gran sentada, la definitiva, todavía no se ha producido pero la cita se activará a partir de la próxima semana. La voluntad de acuerdo mutuo es evidente y ahora se trata de concretar los detalles de esta negociación. Sergio se quiere quedar y el Barcelona no quiere venderle a ningún precio. Es tan intransferible como el mismísimo Leo Messi. En su posición no hay otro igual.
Así las cosas, el Barça, en cumplimiento estricto de la palabra empeñada por el presidenteBartomeu en la última renovación de Busquets (febrero de 2015) actualizará la ficha de acuerdo al rendimiento impecable del jugador y a la escala salarial del vestuario, que le situará al nivel de Iniesta y Piqué. El contrato vigente, que expira en 2019, podría ampliarse en uno o dos años y, finalmente, el club quiere que la cláusula de 175 millones suba a 200 o incluso más. Y no parece que vaya a haber problema en este aspecto, porque Busquets – obviando ofertas económicamente deslumbrantes – es de los que quiere empezar y acabar su carrera con la misma camiseta. Y no tiene problema en admitirlo, aunque eso pueda parecer que debilita su posición.
El tema de la cláusula – la de Neymar también subirá en julio a 220 millones – no es menor porque existe psicosis en el mercado con el dinero de la Premier y las ofertas desmesuradas que puedan hacer los clubs ingleses con el dinero de la televisión y las fortunas personales de los propietarios árabes o asiáticos que van a poner el mercado por las nubes. Vamos,que ya lo están poniendo