Bruno Mars ganó el premio más importante de los American Music Awards el domingo, en un espectáculo que rindió homenaje a las legendarias divas Diana Ross y la fallecida Whitney Houston.
Mars, la estrella que triunfó con los ritmos funky y R&B de su último álbum, «24K Magic», recibió la estatuilla de artista del año, que agradeció con un discurso breve pero entusiasta grabado desde una minivan en la que, según explicó, se encontraba de viaje.
Presentados en una ceremonia en Los Ángeles, los American Music Awards escogen a los ganadores en función del voto de los fans, a diferencia de los más prestigiosos Grammy, que son decididos por profesionales.
Los AMA reconocieron la trayectoria de Diana Ross, de 73 años, que cerró la gala con una actuación en la que mezcló sus éxitos más sonados, comenzando con el himno gay «I’m Coming Out».
La entrada al escenario de Ross -cuya hija Tracee Ellis Ross fue la presentadora de la noche- fue anunciada por Barack y Michelle Obama en un video en el que el expresidente reveló que la música Motown sigue sonando con frecuencia en su casa actual.
Los premios también honraron a Whitney Houston cuando se cumplieron 25 años de su exitosa película y banda sonora «The Bodyguard», en la que que presentó su versión clásica de «I Will Always Love You» de Dolly Parton.
Houston, de 48 años, fue encontrada muerta en el baño de su hotel en febrero de 2012 en vísperas de los premios Grammy. Un forense dictaminó que murió por ahogamiento accidental, en el que el consumo de cocaína y las enfermedades cardíacas colaboraron.
A Christina Aguilera le tocó interpretar el tema que catapultó a Houston. Pero la actuación más memorable de la noche fue la de P!nk, que cantó «Beautiful Trauma» con un micrófono manos libres y colgando de un piso alto de los 54 del hotel L.A. Live, sobre cuya fachada se deslizaba acrobáticamente rodeada de bailarines todos colgados.
– Motivos de tolerancia –
La transmisión saltó de ahí a Washington, donde Lady Gaga realizó una compleja coreografía de «The Cure» acompañada de fuegos artificiales.
Su concierto fue interrumpido para anunciarle que había ganado en la categoría de artista femenino favorita. Visiblemente conmovida, agradeció a los fanáticos y reiteró su ya conocida petición de tolerancia: «Recuerda que si te sientes diferente o si te sientes incomprendido, no te debes rendir».
Tracee Ellis Ross, estrella de la serie «Black-ish», había dicho que los premios reconocían a «mujeres pioneras e innovadoras». No obstante, por primera vez no tuvieron mujeres en disputa para la categoría de artista del año, lo que generó críticas en momentos en que la industria del entretenimiento es fuertemente cuestionada por el sexismo y los abusos de poder.
En un momento de mucha tensión política y social en Estados Unidos, el espectáculo comenzó con un llamado en contra de la violencia y el odio, aunque sin alusiones abiertas al presidente Donald Trump.
Pero más allá de ello, los American Music Awards optaron por transitar un terreno políticamente seguro, homenajeando a los servicios de primeros auxilios en todo Estados Unidos.
P!nk, ya en tierra firme, y Kelly Clarkson cantaron a quienes responden ante las emergencias con una versión de «Everybody Hurts» de R.E.M., una canción del álbum «Automatic for the People» de los influyentes roqueros que el mes pasado cumplió 25 años de haber visto la luz.
En uno de los momentos más conmovedores de la gala, el galardón para rock alternativo fue para Linkin Park, cuyo vocalista Chester Bennington se suicidó en julio tras años de luchar contra la depresión y el abuso de estupefacientes.
Acompañado de una ovación de pie, su compañero de banda Mike Shinoda dedicó el premio a Bennington.
«Esta noche quiero que todos ustedes, sean fans o sean artistas, se tomen un momento para agradecer lo que tienen y hacer que Chester se sienta orgulloso», dijo.