El expresidente de la Federación de Fútbol de Guatemala (Fedefut), Brayan Jiménez, aceptó ser extraditado a Estados Unidos y no interpondrá recursos legales para no retrasar el proceso que se le sigue por el escándalo de corrupción en la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA).
El juez César García, presidente del Tribunal Quinto de Sentencia Penal, César García, ordenó la «entrega inmediata» a Estados Unidos de Jiménez, detenido ayer tras permanecer más de un mes prófugo.
Jiménez fue detenido el martes pasado y su abogado defensor, Francisco García, solicitó que Jiménez sea enviado de inmediato a la nación norteamericana, esto tardará entre 20 a 30 días, tiempo que estará recluido en la cárcel del cuartel militar Mariscal Zavala, donde guardan prisión preventiva otros señalados por corrupción.
Aparte de la persecución contra Jimenez por Estados Unidos, versiones que circularon en tribunales dicen que al parecer los problemas legales se le acumulan, pues abogados de varios futbolistas anunciaron que reactivarán las denuncias en su contra por abuso de autoridad y falso señalamiento en amaño de partidos.
Jiménez está acusado, según la orden de captura, de los delitos de crimen organizado y lavado de dinero, por su supuesta participación en un nuevo caso de corrupción conocido como ‘FIFAGate’.
Jiménez fue separado de la presidencia de la fedefut el 4 de diciembre, al igual que Héctor Trujillo, secretario general de la institución y magistrado de la Corte de Constitucionalidad de Guatemala, también implicado en el caso.
Según el Departamento de Justicia de Estados Unidos, en marzo de 2010, Jiménez, en su cargo de presidente de la federación, aceptó un soborno «de seis dígitos» por los contratos de televisión de los partidos de eliminatorias para el Mundial de 2018 junto a Trujillo, secretario general, y Rafael Salguero, uno de los tres representantes de la Concacaf en el comité Ejecutivo de la FIFA.