El primer ministro británico, Boris Johnson, ingresó este domingo en un hospital para someterse a exámenes, diez días después de haber dado positivo por coronavirus.
Johnson, de 55 años, anunció que tenía síntomas leves de COVID-19 el 27 de marzo y que había decidido confinarse en su residencia, Downing Street.
Había previsto volver a salir al exterior el viernes, tras una semana de aislamiento, en la que continuó dirigiendo el país desde su vivienda, pero decidió continuar en cuarentena porque seguía teniendo fiebre, uno de los síntomas de los contagiados por el nuevo coronavirus.
«Siguiendo las indicaciones del médico, el primer ministro fue admitido esta noche en un hospital para unos exámenes», anunció Downing Street en un comunicado.
«Es una medida de precaución, pues el primer ministro continúa teniendo síntomas persistentes del coronavirus diez días después de haber dado positivo por el virus», agregaba el texto.
Se sobreentendía que el ingreso de Johnson en el hospital no era urgente y que se debió a que los síntomas no remitían.
Johnson es el político de mayor rango que ha contraído el coronavirus. Su pareja, Carrie Symonds, que está embarazada, afirmó que había estado enferma con síntomas durante una semana pero que ya se había recuperado.
Preguntado el domingo sobre Johnson en Sky News, el ministro de Salud, Matt Hancock, dijo que el primer ministro «estaba bien» y «llevaba el timón del país».
«Algunas personas tienen síntomas bastante leves (del COVID-19), otras muy, muy graves. El primer ministro no ha llegado a ese extremo», dijo.
«Trabajo con él todos los días y puedo asegurales que tiene la moral alta», agregó. «Pero quiere ser muy prudente y seguir al pie de la letra los consejos de salud pública», sobre todo para «dar ejemplo».
Matt Hancock se reincorporó a su trabajo el viernes tras haber pasado una semana en casa al haber dado también positivo por COVID-19.
Uno de los principales asesores del primer ministro, Dominic Cummings, también ha decidido ponerse en cuarentena.
La pandemia ha matado a casi 5,000 personas en el país. Los británicos están confinados desde hace dos semanas y el gobierno amenazó el domingo con endurecer las medidas si no se seguían sus instrucciones.
La población solo puede salir a comprar comida, ir al médico o hacer ejercicio una vez al día.