Bolsonaro decreta suspensión de quemas para frenar incendios amazónicos

El presidente Jair Bolsonaro firmó a últimas horas del miércoles un decreto que prohíbe las quemas en todo Brasil durante dos meses para tratar de frenar la multiplicación de incendios en la Amazonía, en medio de una creciente presión internacional.

El decreto, que será publicado en el diario oficial este jueves, suspende el uso de fuego durante los próximos 60 días en todo el territorio nacional, aunque mantiene algunas excepciones, indicaron fuentes gubernamentales citadas por varios medios brasileños.

Las quemas controladas están permitidas por el Código Florestal brasileño en determinadas circunstancias (como prácticas agrícolas y forestales en las que se justifique su uso), desde que sean autorizadas por los organismos de control.

Bolsonaro enfrenta una creciente presión interna y externa por los incendios que se multiplicaron en la Amazonía en las últimas semanas.

Desde enero hasta el martes a la tarde, se registraron 83.329 focos de incendios en Brasil, más de la mitad (52,1%) en la selva amazónica, según datos de instituto de observaciones espaciales INPE. Ese número marca un aumento de 77% respecto al mismo periodo del año pasado y constituye un récord de incendios desde 2010.

El gobierno, que asegura que los focos están disminuyendo, ha desplegado más de 3.900 militares y brigadistas, cientos de vehículos y 18 aeronaves, entre ellas dos aviones cisterna Hércules C-130, para controlar las llamas, de acuerdo con datos del ministerio de Defensa citados por la prensa local.

Crisis ambiental y diplomática

La proliferación de focos de incendio en la mayor selva tropical del mundo reavivó las críticas a Bolsonaro, cuestionado por sus posturas favorables al desarrollo de actividades agropecuarias y mineras en la Amazonía, incluso en reservas indígenas y áreas protegidas.

En especial, el mandatario cruzó duras críticas con su par francés, Emmanuel Macron, que que la semana pasada lo acusó de «mentir» por «no respetar sus compromisos climáticos» -de los que depende la implementación del acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea- y evocó la posibilidad de conceder un «estatuto internacional» para la selva de la Amazonía.

Bolsonaro exigió una «retractación» del presidente francés.

Los países del G7 ofrecieron a Brasil una ayuda financiera de 20 millones de dólares, pero el gobierno afirmó que sólo está dispuesto a recibir este apoyo si se asegura que ejercerá el control sobre los recursos. Bolsonaro acusa a Francia y Alemania de querer «comprar» la soberanía de Brasil con ayuda financiera.

«Hace poco dije que Alemania y en especial Francia están tratando de comprar nuestra soberanía en cuotas», declaró este miércoles.

«Cuando ustedes miran el tamaño de Brasil, la octava economía del mundo, parece que 20 millones de dólares es nuestro precio. Brasil no tiene precio. 20 millones o 20.000 millones es lo mismo para nosotros», agregó el mandatario.

Estados Unidos dijo que no estuvo de acuerdo con la iniciativa de ayuda del G7 porque, según tuiteó Garrett Marquis, portavoz de seguridad nacional del presidente Donald Trump, «no incluyó consultas con el gobierno de @jairbolsonaro. La forma más constructiva de asistir los actuales esfuerzos de Brasil es en coordinación con el gobierno brasileño»

En tanto, el cardenal peruano Pedro Barreto, uno de los impulsores clave del sínodo amazónico del Vaticano a realizarse en octubre, dijo en Lima, en alusión a la exigencia de Bolsonaro, que «ya no se trata de retirar o no retirar palabras, se trata de buscar el bien común» que «está por encima de cualquier disputa entre personas».

Mientras eleva el tono con las potencias europeas, Bolsonaro articula apoyo con los países de la región. Este miércoles recibió en Brasilia al presidente de Chile, Sebastián Piñera y acogió favorablemente la propuesta de Perú y Colombia de convocar una reunión de urgencia para firmar un pacto y coordinar acciones en defensa de la Amazonía.

Los incendios, muchos de los cuales son provocados por los agricultores para tener más tierras de pastoreo, captaron la atención de activistas y celebridades alrededor del mundo.

La joven sueca Greta Thunberg, ícono de la lucha contra el cambio climático, los calificó como «devastadores». Son «una clara señal de que necesitamos parar de destruir la naturaleza y de que nuestra guerra contra la naturaleza debe terminar», declaró este miércoles en Nueva York.

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