El senador progresista Bernie Sanders arremetió este martes contra el favorito, Joe Biden, en política exterior y comercio, al tiempo que traslució su reciente crispación con la senadora Elizabeth Warren, en el último debate antes del inicio de las primarias por la nominación demócrata a la presidencia de Estados Unidos.
Pese a las expectativas de los últimos días de que los candidatos se lanzaran puñales, en el debate mantuvieron una fría cordialidad, sólo rota al final cuando Warren al despedirse pareció negarse a darle la mano a Sanders, un amigo de larga data y aliado sobre muchos temas progresistas con el que mantenían una tregua que languidece.
Biden, vicepresidente durante el gobierno de Barack Obama, llegó como favorito, con 28% en las encuestas nacionales seguido por el senador Bernie Sanders, con 20%.
En un momento en que las tensiones entre Irán y Estados Unidos genera preocupación, la política exterior y el rol de las tropas estadounidenses desplegadas en el mundo dominaron los primeros minutos del choque televisivo entre los aspirantes demócratas, el último debate antes de las primeras votaciones en las primarias estadounidenses de cara a los comicios de noviembre.
Sanders marcó el tono subrayando que en 2002 fue uno de los pocos en votar en contra de la Guerra en Irak, a diferencia de Biden.
«Como nación tenemos en enfrentar el hecho de que los dos más grandes desastres de esta era en política exterior, la Guerra de Vietnam y la Guerra de Irak, ambas estuvieron basadas en mentiras», dijo Sanders que afirmó que temía que las tensiones con Irán terminaran en otro conflicto.
Biden tuvo que explicar nuevamente por qué dio su beneplácito a esa intervención militar, admitiendo que se equivocó.
Pero recalcó que fue el gobierno de Obama quien fraguó el acuerdo nuclear con Irán, un pacto multilateral exitoso del cual el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se restó en 2018.
Warren, tercera en las encuestas, afirmó que estaba a favor de retirar las tropas estadounidenses de Medio Oriente.
Después Biden y Sanders volvieron a chocar en materia comercial y el senador progresista dijo que los acuerdos fueron escritos para aumentar los beneficios de las «grandes corporaciones multinacionales».
La campaña partió con una cantidad récord de aspirantes para ser el contendiente demócrata que se enfrente a Trump, en los comicios de noviembre, pero sólo seis candidatos clasificaron para subir este martes al escenario.
La tregua entre Sanders y Warren se resquebraja
El debate se celebró en Iowa, que será el primer estado del país en pronunciarse en las primarias, el 3 de febrero. En las encuestas, en este estado rural y poco poblado que decide a su candidato mediante un «caucus», hay un empate técnico entre Biden y Sanders.
Sanders, de 78 años, ha tomado vuelo en los últimos meses, superando las dudas tras sufrir un infarto en octubre y cerrando el año con cifras impresionantes de recaudación.
El senador defiende un sistema de cobertura de salud universal, un plan de lucha contra el calentamiento climático y la cancelación de parte de los créditos universitarios.
«Mi socialismo democrático consiste en creer que la salud es un derecho humano», sentenció, frente a los cuestionamientos de Biden.
Con el alza de Sanders en las encuestas surgieron filtraciones que apuntaban al fin de la tregua con Warren.
Según reportes de medios en una reunión privada en 2018, cuando ambos contemplaban ser candidatos, Sanders le habría dicho a Warren que no creía que una mujer pudiera derrotar a Trump.
Sanders negó que eso ocurriera y afirmó que por supuesto que no pensaba eso y como prueba dijo que Hillary Clinton -quien lo derrotó en las primarias en 2016- obtuvo tres millones de votos más que Trump.
«Bernie es mi amigo», respondió Warren escuetamente.
Los moderadores intentaron atizar sus diferencias en el debate sin lograrlo, pero al despedirse el lenguaje corporal de ambos candidatos fue muy elocuente de la tensión.
La sombra del juicio político
El exalcalde de la pequeña localidad de South Bend, Pete Buttigieg, con un 7.5% en las encuestas, defendió sus credenciales como veterano y afirmó que no se puede derrotar a Trump «con la misma mentalidad de Washington».
La senadora moderada Amy Klobuchar, que marca un magro 3%, defendió su experiencia en el Congreso. El millonario Tom Steyer, que llega al 2%, completó la parrilla aportando con su visión de empresario que defiende el medioambiente.
Desde un mitin en Wisconsin, junto a sus simpatizantes, repitió su dinámica de Twitter de denostar a los demócratas.
Biden bromeó al respecto y dijo ser el blanco preferido. «He sido el objeto de su afecto más que cualquiera en este escenario», afirmó.
Sin embargo, la carrera puede verse eclipsada por el histórico juicio político contra Trump en el Senado que si comienza finalmente la próxima semana puede anclar a cuatro de los candidatos en Washington impidiéndoles hacer campaña en Iowa.