El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se encuentra «en condiciones» para «cumplir con éxito sus obligaciones»
Biden estuvo el viernes, un día antes de cumplir 79 años, el Centro Médico Walter Reed para someterse a una colonoscopia y realizarse un examen rutinario. Además, el presidente se ha sometido a anestesia para una colonoscopia durante la cual los médicos han extirpado un pólipo benigno. Este proceso ha obligado a transferir brevemente el poder a la vicepresidenta, Kamala Harris.
La vicepresidenta se convirtió así, durante 85 minutos, en la primera mujer en tener los poderes presidenciales en Estados Unidos. Según la versión oficial, Harris de 57 años, desarrolló sus tareas desde su propia oficina, no desde el Salón Oval, despacho del presidente.
El médico del presidente, Kevin O’Connor, ha indicado tras ello que Biden se mantiene «sano y vigoroso» para desarrollar sus tareas, según un informe publicado por la Casa Blanca.
En el mismo, O’Connor ha señalado dos áreas en las que se requerían estudios de «observación», una «frecuencia y gravedad cada vez mayor de carraspeo y tos durante los discursos», y un andar «perceptiblemente más rígido y menos fluido que hace más o menos un año».
Radiografías realizadas en las pruebas al inquilino de la Casa Blanca han determinado que tiene artritis en la columna y daños «de moderados a severos» por el desgaste normal debido a su edad. Esto, según el médico, no requiere tratamiento concreto al no ser demasiado grave y justifica la rigidez en su caminar.
«Un examen neurológico detallado ha sido tranquilizador», ha detallado O’Connor, quien ha afirmado que los estudios han descartado evidencias de daños cerebrovasculares o enfermedades como el Parkinson, recoge la cadena estadounidense CNN.
Por otro lado, el presidente tiene hernia de hiato, lo que le provoca reflujo y podría explicar su carraspeo más frecuente, ha dicho su médico.
O’Connor se ha referido también al historial sanitario del presidente, cuyo evento médico más importante ha sido un aneurisma cerebral en 1988, cuando servía en el Senado. Durante la cirugía, los médicos encontraron un segundo aneurisma que no había sangrado, y que también trataron, ha agregado.
Mientras estaba en el hospital después de esa intervención, Biden sufrió una trombosis venosa profunda y una embolia pulmonar, lo que supuso que le insertasen un «filtro de vena cava inferior», que evitaría que futuros coágulos de sangre llegaran al corazón y los pulmones, y lo trataron con un anticoagulante oral durante varios meses.
Al mandatario también le extirparon la vesícula biliar en 2003, de acuerdo a su médico, que ha apuntado a múltiples cirugías y tratamientos físicos para lesiones ortopédicas y medicina deportiva, mientras el presidente se ha enfrentado también a varias lesiones de cáncer de piel.
Biden, la persona de mayor edad que ha sido elegida para el cargo, ha dicho tras salir de las pruebas que se sentía «bien» y ha reivindicado que este viernes ha tenido «un gran examen físico» y «una gran votación en la Cámara de Representantes», en referencia a la aprobación de la partida extraordinaria de gasto social.
Además del examen de rutina, el presidente se ha sometido a anestesia para una colonoscopia durante la cual los médicos han extirpado un pólipo benigno. Este proceso ha obligado a transferir brevemente el poder a la vicepresidenta, Kamala Harris.