El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado este jueves que la nación norteamericana dejará de prestar apoyo a operaciones ofensivas en Yemen y que nombrará un enviado para analizar el conflicto en el país, que comenzó a finales de 2014.
El mandatario ha dicho del conflicto yemení que es «una guerra que ha creado una catástrofe humana y estratégica» y ha subrayado que Estados Unidos «continuará ayudando y apoyando a Arabia Saudí».
Las fuerzas leales al Gobierno yemení, encabezado por Abdo Rabbu Mansur Hadi y apoyado por Arabia Saudí, y los rebeldes huthis, respaldados por Irán, llevan combatiendo desde finales de 2014, en una guerra que ahora se considera un conflicto de poder entre las dos principales potencias rivales de la región.
El conflicto ha provocado la que es la mayor crisis humanitaria mundial. Actualmente, casi el 80 por ciento de la población, unos 24 millones de personas, necesitan asistencia en el país, donde hay más de 20 millones en inseguridad alimentaria.
Se trata de uno de los cambios que ha anunciado el mandatario en su primer discurso sobre política exterior desde que asumió el cargo. Durante su alocución, ha señalado que «Estados Unidos está de vuelta» y ha declarado que «la diplomacia ha vuelto al centro» de la política exterior estadounidense, una afirmación que marca distancia con la Administración del presidente Donald Trump.
Alemania
Asimismo, Biden también ha congelado los planes de retirar a las tropas estadounidenses desplegadas en Alemania, que involucraba a 12.000 soldados, movimiento que inició Trump.
En concreto, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, dirigirá una «revisión de la postura de la fuerza global» y, mientras, «congelará cualquier redistribución de tropas de Alemania (…) para que nuestra huella militar esté alineada apropiadamente con nuestra política exterior y nacional».
Además, ha trasladado su intención de elevar el límite de refugiados que acogerá la nación norteamericana, después de años de mínimos históricos bajo la Administración Trump. El Ejecutivo anterior estableció el límite de refugiados acogidos para este año fiscal en 15,000, el más bajo desde 1980.
«Competiremos desde una posición de fuerza, trabajando con nuestros aliados y socios, renovando nuestro papel en las instituciones internacionales y reclamando nuestra credibilidad y autoridad moral», ha garantizado, recalcando su intención de «reafirmar con éxito la diplomacia» estadounidense y la «moral» de las instituciones de política exterior» del país.