El presidente estadounidense, Joe Biden, ha manifestado este lunes su apoyo a un alto el fuego entre Israel y las milicias palestinas tras días de presiones para que diera ese paso. Más de 250 personas han muerto en la espiral de violencia desde hace una semana, cuando estalló la actual crisis.
«El presidente ha expresado su apoyo a un alto el fuego y ha abordado la implicación de Estados Unidos y Egipto con otras partes para lograr este fin», ha explicado la Casa Blanca en un comunicado publicado tras una nueva conversación telefónica con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Biden ha reiterado su «firme apoyo al derecho de Israel a defenderse de los ataques con cohetes indiscriminados» y a las iniciativas para restaurar la calma en Jerusalén. Además ha animado a Israel a tomar las medidas necesarias para garantizar la protección de los civiles inocentes.
Diplomacia silenciosa
Este mismo lunes, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, defendía una diplomacia «silenciosa» como fórmula para afrontar la violencia en Israel y los territorios palestinos. «Cada declaración que hacemos tiene como objetivo reducir la violencia y poner fin al conflicto. Hay momentos en los que la diplomacia tiene que ser más silenciosa», ha explicado la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en rueda de prensa.
Este mismo lunes se ha publicado una carta de 29 senadores demócratas pidiendo un alto el fuego. Mientras, Washington ha bloqueado por tercera vez en una semana una declaración conjunta del Consejo de Seguridad para condenar la violencia en Israel y la Franja de Gaza y pedir un alto el fuego.
Precisamente el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Gabi Ashkenazi, ha conversado este lunes con el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, para agradecerle el bloqueo en el Consejo de Seguridad. «La comunidad internacional debe condenar en bloque a Hamás, que utiliza a los civiles como escudos humanos», ha subrayado Ashkenazi en un comunicado tras su contacto con Blinken.
Mientras, Blinken reconocía desde Copenhague que él no ha recibido personalmente información alguna que confirme la presencia de milicianos del grupo palestino Hamás en la Torre Al Yala, destruida el sábado en un bombardeo israelí.
La torre era la sede de las delegaciones de la agencia de noticias estadounidense The Associated Press (AP) y de la cadena de televisión panárabe Al Yazira y un objetivo «perfectamente legítimo» para el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que asegura que en la torre había «una oficina de inteligencia de la organización terrorista».
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