El papa emérito Benedicto XVI retiró este martes su firma del controvertido libro sobre el celibato de los sacerdotes, tras las polémicas generadas sobre en éste seque busca presionar a Francisco sobre el delicado tema.
«Confirmo que esta mañana, siguiendo el consejo del papa emérito, pedí al cardenal Robert Sarah que se pusiera en contacto con los editores del libro para pedirles que eliminen el nombre de Benedicto XVI como coautor del libro y que también quiten su firma de la introducción y las conclusiones», indicó a la agencia Ansa su secretario privado, monseñor Georg Gaenswein, actual prefecto de la Casa Pontificia.
Con esa declaración, el papa emérito quiso poner fin a las polémicas generadas por el uso de su autoridad moral para desaprobar al papa Francisco.
La publicación el domingo de algunos extractos del libro titulado «Desde lo profundo de nuestros corazones», firmado por el papa emérito y el ultraconservador cardenal Sarah, en el que defienden con firmeza el celibato, desató una disputa sobre la injerencia del papa que renunció en 2013.
«No podemos callar» sostenían los dos autores ante la posibilidad de que Francisco apruebe la ordenación de hombres casados para regiones remotas, una decisión que podría generar un cisma en la iglesia católica.
Presionar a Francisco
Un buen número de religiosos de América del Sur pidieron durante el sínodo de obispos que se celebró en octubre en el Vaticano la ordenación de hombres casados para hacer frente a la escasez de curas en la Amazonía.
Sobre el tema, que divide a conservadores y reformistas, Francisco deberá pronunciarse en pocas semanas en un documento, o exhortación post-sinodal, que debería ser divulgado en febrero.
Para muchos observadores y expertos en asuntos del Vaticano, con este libro se intentó presionar al papa argentino para que evite pronunciarse sobre un asunto tan delicado.
«El papa emérito sabía que el cardenal estaba preparando un libro y le envió un texto suyo sobre el sacerdocio, autorizándolo a usarlo como quiera. Pero no había aprobado la realización de un libro con doble firma, ni había visto y autorizado la portada», explicó Gaenswein.
«Se trata de un malentendido sin cuestionar la buena fe del cardenal Sarah. El texto que Benedicto XVI envió al cardenal es su propio texto y sigue siendo el autor y no los otros textos», precisó el religioso, quien fue el secretario privado del papa alemán durante sus ocho años de pontificado, hasta su renuncia en 2013.
La colaboración entre Benedicto XVI y el cardenal ultraconservador guineano Robert Sarah, entre los purpurados que más se oponen a las aperturas de Francisco, ha sido cuestionada también debido a la edad del papa emérito, 92 años, quien tiene una salud frágil y vive retirado dentro un convento en el Vaticano, donde recibe a muy pocas personas.
Fuentes religiosas sostienen que se trató de una «operación editorial y mediática» planificada por sectores ultraconservadores para atacar a Francisco y frenar sus aperturas.
Por su parte, el cardenal Sarah, quien había divulgado en Twitter las cartas que se cruzaron con Benedicto XVI sobre el tema, anunció que «ante las polémicas» aparecerá como único autor del libro, que contará eso sí con la «contribución» del papa emérito.
Excepciones al celibato
Que la eucaristía o comunión, un rito sagrado y esencial de la tradición cristiana, sea repartida por un sacerdote casado, es algo intolerable para algunos sectores, que amenazan con romper con la Iglesia.
Pese a ello, el tema de la abolición del celibato ha sido abordado por los dos papas y en lo sustancial están de acuerdo.
«Personalmente pienso que el celibato es un don para la Iglesia y no estoy de acuerdo que se permita el celibato como opción», adelantó Francisco hace un año.
«Quedaría alguna posibilidad en lugares muy lejanos, pienso en las islas del Pacífico, algo que hay que pensar, cuando hay necesidad pastoral. Ahí el pastor debe pensar en los fieles», reconoció.
Se trataría por lo tanto de excepciones, como piden para la Amazonía, que un pontífice puede legítimamente autorizar.
En varias ocasiones, el papa Francisco ha recordado que la prohibición de ordenar hombres casados no hace parte de la doctrina de la Iglesia.
Durante siglos los sacerdotes eran casados e inclusive los textos bíblicos aseguran que el apóstol Pedro tenía una suegra.
Por su parte, el director editorial del Vaticano, Andrea Tornielli, recordó que Benedicto XVI también admitió como pontífice excepciones al celibato al permitir a sacerdotes anglicanos casados formar parte de la Iglesia católica.
Todo parece indicar, que como en el filme, «los dos papas» tienen menos divergencias de lo que parece.