La bebida es lo de menos en «Hey! We go», una cafetería de la ciudad china de Chengdu que, con sus cuatro patos de suave plumaje, pasó a engrosar la lista de establecimientos con animales, cada vez más populares en el país.
La cafetería, en el centro de Chengdu (suroeste), es el lugar perfecto para una generación bien curtida en redes sociales.
Cada uno de los cuatro patos, de una raza domesticada importada de Europa, puede alcanzar un precio de 10 mil yuanes (1,400 dólares).
Pero las atracciones estrellas de la cafetería no están a la venta, sino que que se pasean de una mesa a otra para deleite de los clientes.
Por 78 yuanes (11 dólares), los consumidores pueden pasar hasta 90 minutos con los patos, a los que no parece molestarles que los carguen para posar delante de cámaras y celulares para sacarse unas selfis.
«Son muy divertidos y muy obedientes, no como esos patos que nadan, esos no son obedientes», dice BBQ Suen, un estudiante universitario que asegura que en cuanto se enteró de la existencia de la cafetería fue a conocerla.
El popular café de los patos fue fundado por Luo Yaochi, de 26 años, y otros tres socios, inspirado tras haber criado a su propio pato doméstico.
«A todo el mundo le gustan los patos», dijo a la AFP.
Los visitantes al café también pueden pasar tiempo con los últimos llegados al lugar, dos minicerdos –también conocidos como «cerdo taza de té»– que caben sin problema dentro de un carrito de compras.