El Banco Central Europeo (BCE) es menos pesimista sobre la magnitud de la recesión en la zona del euro para 2020 pero redujo ligeramente sus previsiones de crecimiento para 2021 y 2022, anunció el jueves la presidenta de la institución, Christine Lagarde.
Los economistas del BCE esperan ahora una contracción del 8% del PIB de la zona monetaria en 2020 (frente al -8.7% anterior), y un repunte de 5% y 3.2% en 2021 y 2022, frente al 5.2% y 3.3%, respectivamente, anunciados en junio.
«La fuerza de la recuperación está sometida a grandes incertidumbres ya que es muy dependiente de la evolución futura de la pandemia y el éxito de las políticas» adoptadas para combatirla, explicó Lagarde en una conferencia de prensa en línea.
En general, «los datos permiten esperar un fuerte repunte del PIB en el tercer trimestre» tras una contracción sin precedentes en el periodo abril a junio.
Sin embargo, «el aumento de los contagios en los meses de verano (boreal) constituye viento en contra«, agregó.
El instituto monetario mantuvo en gran parte sus previsiones de inflación para los años 2020, 2021 y 2022, aunque lejos del «cercano pero inferior al 2%» que es su meta.
Se espera que este año la inflación se sitúe en el 0.3% y en el 1.0% en 2021 y 1.3% en 2022, frente al 0.3%, 0.8% y 1.3%, respectivamente, en sus previsiones precedentes de junio.
En este sentido, Lagarde declaró que el BCE vigila atentamente el nivel del euro, cuya apreciación en los últimos meses ha contribución a empujar la inflación a la baja.
La apreciación del euro, que ganó un 10% frente al dólar desde mayo, ha sido «muy debatida» en la reunión del consejo de gobernadores de la institución, declaró Lagarde. El mandato del banco es «mantener la estabilidad de precios» y «la apreciación del euro es algo que hay que vigilar atentamente«, agregó.
En su reunión de política monetaria, el BCE dejó sin cambios su política anticrisis: los gobernadores mantuvieron las tasas a su nivel más bajo y confirmó la recompra masiva de deuda, como la acción de urgencia «PEPP» de 1,35 billones de euros para finales de junio de 2021.
«Debido a las circunstancias actuales, es muy probable que la cantidad se utilice en su totalidad», dijo Lagarde.