Barcelona fracasa en el Parque de los Príncipes y es eliminado de la Liga de Campeones

El FC Barcelona se despidió de la Liga de Campeones después de un empate (1-1) este miércoles ante el PSG en la vuelta de octavos de final, donde el cuadro culé llegaba obligado a remontar el 1-4 de la ida, un milagro abortado por Keylor Navas, quien paró de todo, incluido un penalti a Messi, para arrebatar la fe al rival.

El meta costarricense, ex del Real Madrid, firmó una exhibición de paradas en especial en el primer tiempo, sobre todo en una mano dura abajo a Dembélé, otra arriba con ayuda del palo a Dest y un penalti a Messi, todo en 45 minutos frenéticos y de superioridad blaugrana. El argentino había permitido soñar al Barça con un golazo de 30 metros para empatar el tanto de penalti de Mbappé.

Sin embargo, el ’10’ falló una pena máxima en la última jugada del primer tiempo, jarro de agua fría para un aterrizaje en París como exigía el guion de las grandes remontadas. Los de Ronald Koeman asediaron a un PSG que demostró ser un equipo mucho más vulnerable y accesible esta temporada de lo que logró sacar del Camp Nou en la ida, pero no llegaron los goles que hacían falta.

Los de Pochettino se encomendaron a Navas. Los desmarques de Dembélé fueron una constante pero el galo no acertó en el remate, con la más clara cerca de los 20 minutos. El Barça cogió carrerilla y Dest la tuvo también, mientras Messi no llegaba por centímetros a un pase de la muerte. Dos faltas seguidas de Mingueza a Mbappé dieron aire al PSG, con los primeros minutos en campo rival y el punto de fortuna en el penalti de Lenglet a Icardi.

El francés pisó sin querer al delantero y el árbitro lo revisó con el aviso del VAR. Mbappé convirtió un gol de amargura azulgrana si no fuera porque Messi quiso ser el rey en el Parque de los Príncipes. El argentino fusiló a la escuadra con su enésima demostración de grandeza en el ‘Viejo Continente’, pero la Champions no sonríe ni a Messi ni a los azulgranas en el último lustro.

El ’10’ tuvo el 1-2 en el descuento, un penalti de Kurzawa –a quien le pudo llegar la segunda amarilla– sobre Griezmann, pero Navas sacó una pierna milagrosa. La decepción se fue con el Barça a vestuarios, tan cerca pero tan lejos, con tres goles aún en los deberes para al menos forzar la prórroga. El desgaste tampoco ayudó pero, a un ritmo inferior, el Barça siguió llegando.

El PSG renunció al ataque y lo hizo bien en defensa. Florenzi, Marquinhos o Diallo, siempre apareció una pierna al límite para truncar el tanto visitante. Alba percutió por banda izquierda, Junior –primer cambio a la media hora– y Trincao por el otro lado, Messi y Pedri por todas partes, Busquets al primer palo en los saques de esquina y Dembélé y Griezmann buscando el desmarque.

Al argentino le pesó el penalti, otra decepción europea y quizá la última como culé si no le convence el presidente Joan Laporta de quedarse cuando termine la temporada. El capitán no acertó al remate en área pequeña, también por ese esfuerzo defensivo local. Navas detuvo la aparición de estrategia de ‘Busi’ y el PSG jugó con el paso favorable de los minutos para evitar otra remontada culé como aquel 6-1 de 2017. El Barça, a pensar en Liga y la final de Copa.

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