- Partido que se jugó en el Ramón Sánchez Pizjuán, con un Sevilla impecable y dominante ante un Barcelona que jamás logró entrar en el ritmo del duelo. El marcador final reflejó la superioridad local: 4-1 para los andaluces.
Sevilla abrió el partido mediante Alexis Sánchez, quien anotó desde los 11 metros tras un penalti polémico que le fue concedido con revisión del VAR.
Poco después, Isaac Romero amplió la ventaja con un tanto fruto de una jugada veloz del Sevilla.
Antes del descanso, el Barcelona intentó reaccionar: Marcus Rashford marcó un golazo de volea para hacer el 2-1 con el que se fueron al entretiempo.
En la segunda mitad, el Barça tuvo un penalti a su favor que podría haber cambiado el destino del encuentro, pero Lewandowski lo falló.
Ya en el tramo final, Sevilla selló la victoria con dos goles más: José Ángel Carmona hizo el 3-1 con un contragolpe, y en tiempo agregado Akor Adams anotó el cuarto tras un contragolpe conducido por Ejuke.
Además, en los minutos finales hubo polémica: Sevilla jugó con un hombre menos luego de una expulsión (Peque) por una falta contra Eric García, aunque se revisó por VAR para cambiar la roja a amarilla.
Intensidad, presión y ritmo desde el arranque
Sevilla salió con hambre. Dominó la zona ofensiva, atacó las bandas, generó superioridad numérica y fue más vertical que el Barça en los primeros 45 minutos. Los blaugranas sufrían para construir juego, perdían casi todos los duelos en el mediocampo y tenían desajustes defensivos que Sevilla supo aprovechar.
Barcelona sin respuestas eficientes
Aunque intentó reaccionar, al Barça le faltó conexión entre líneas, claridad ofensiva y contundencia cuando tuvo opciones. El fallo del penalti de Lewandowski fue un golpe moral fuerte, pues era la gran oportunidad para meterse en partido en el segundo tiempo.
Además, la baja de Lamine Yamal por molestias en el pubis debilitó la creatividad ofensiva culé.
Transiciones letales y eficacia sevillista
Los goles de Carmona y Adams llegaron gracias a transiciones rápidas y bien ejecutadas. Sevilla supo esperar su momento, recuperar, salir veloz y castigar los espacios dejados por el Barça. Esa eficacia fue diferencial en un partido en que el visitante tuvo algunas fases de control, pero sin profundidad definitiva.
Mentalidad, grandeza local y desgaste
Jugar en casa, con la afición empujando y ante un rival fuerte, es difícil. Sevilla impuso su estilo, fue más físico, mantuvo intensidad hasta el final y no se dejó intimidar por el nombre del rival.