Las ballenas francas del Atlántico norte aplican una estrategia de comunicación más discreta con la finalidad de proteger a sus crías de potenciales depredadores como las orcas y algunos tiburones, según un estudio publicado el miércoles.
Según investigaciones aparecidas en la revista Biology letters de la Royal Society, las madres de esta especie en peligro, cuando tienen ballenatos recién nacidos, emiten señales más débiles que las hembras en gestación.
«Esto sugiere que las ballenas francas utilizan la disimulación acústica cuando sus bebés son más vulnerables ante la depredación», o sea durante los tres primeros meses, escriben los autores.
Sus observaciones, agregan, son coherentes con estudios realizados en ballenas jorobadas y ballenas francas australes.
«Las señales de menor amplitud podrían disminuir el riesgo de detección (por parte de los depredadores), al mismo tiempo que facilitan la comunicación madre-bebé», consideran los científicos.
Las señales más débiles serían detectables en un radio de unos 100 metros frente a 1 km para las señales más fuertes, emitidas de manera habitual.
Con una población total de alrededor de 500 individuos, las ballenas francas del Atlántico norte son una especie en peligro.
Como en otras tipos de ballenas (del grupo de los misticetos), cuyos depredadores son las orcas, la mortalidad en los adultos es baja.
Por el contrario, la mortalidad de las crías es más elevada pues no solo son presa de las orcas sino también de algunos tiburones.