Los precios de los combustibles más utilizados en Ecuador bajaron el martes tras un acuerdo entre el gobierno e indígenas para solucionar la reciente crisis social, que también permitió la reanudación de las clases suspendidas por los disturbios.
Los precios, que el 3 de octubre aumentaron hasta en 123%, disminuyeron a los niveles que estaban en vigencia para entonces como ordena un decreto presidencial.
También quedaron anuladas las alzas de hasta un 40% en las tarifas de la transportación pública como consecuencia de la baja de los combustibles.
El mandatario Lenín Moreno dejó sin efecto el lunes un polémico decreto mediante el cual había dispuesto la supresión de subsidios a los hidrocarburos y el consecuente incremento, lo cual desató protestas sociales con paralización del transporte público en rechazo a la medida económica.
Con la disposición del gobernante, el precio del galón americano de diésel bajó de 2.30 a 1.03 dólares y el de gasolina corriente de 2.40 a 1.85 dólares, comprobó la AFP en varias surtidoras de combustible del norte de Quito.
La rebaja fue acordada por Moreno y dirigentes indígenas en una negociación directa el domingo, con la que se puso fin a doce días de violentas protestas ocurridas principalmente en Quito.
Durante las manifestaciones los manifestantes asediaron la casa de gobierno, ocuparon momentáneamente el hemiciclo del Congreso, asaltaron e incendiaron un edificio público y atacaron instalaciones de dos medios de comunicación.
Ante las fuertes protestas, que se extendieron a otras localidades del país e incluyeron el bloqueo de carreteras, las autoridades suspendieron las clases, que también fueron reanudadas el martes tras el fin de los enfrentamientos con la negociación del fin de semana.
Más de dos millones de estudiantes retornaron a las aulas a nivel nacional una vez que el «país recobra rápidamente la calma», según dijo Moreno el lunes en Guayaquil, desde donde todavía despacha luego de que trasladara allí la sede de gobierno por la movilización de miles de indígenas hacia la capital para protestar.