Tercer país con más fallecimientos por el coronavirus, España reportó un descenso en su balance diario de fallecimientos este miércoles, cuando al presidente del gobierno, Pedro Sánchez dijo esperar que «dentro de muy poco» se pueda relajar el férreo confinamiento de la población.
El boletín diario del Ministerio de Sanidad contabilizó este miércoles 523 fallecimientos en las últimas 24 horas, frente a los 567 registradas en el balance de la víspera.
La pandemia de la COVID-19 ha dejado en España 18.579 muertes, la tercera peor cifra del mundo por detrás de Estados Unidos e Italia.
El balance del miércoles por el contrario reportó un alza, tras seis días de baja, del número de contagiados diarios, con más de 5.000 nuevos casos notificados, para un acumulado de 177.633 infectados censados.
Un incremento ligado a la ampliación del número de tests realizados y la llegada de datos retrasados por los días festivos de la semana de Pascua, explicó en rueda de prensa Fernando Simón, director del Centro de Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad.
Descenso sostenido
Simón valoró que «se mantiene sostenidamente ese descenso» en las cifras desde el pico de la epidemia, ya superado, cuando se llegaron a registrar 950 muertes diarias y más de 8,000 nuevos casos el 2 de abril.
Las cifras de fallecimientos son cuestionadas en algunas regiones, como en Madrid, la más afectada, donde según el gobierno regional, en manos de la oposición conservadora, los decesos alcanzarían los 10.000, muy por encima de los 6.724 notificados oficialmente.
En Madrid y en otras regiones como Cataluña siguen también los hospitales y las unidades de cuidados intensivos operando al límite. El personal sanitario se ha visto particularmente afectado por el virus, con más de 27.000 profesionales contagiados, aunque varios ya han sido dados de alta y volvieron al trabajo, señaló Simón.
De todas maneras, la tendencia a la baja de los datos diarios hace ver una «reducción de la transmisibilidad» del virus que «nos permitirá plantear en el futuro modificaciones en las medidas de control, que deberán empezarse a debatir en los próximos días, semanas», estimó.
Una opinión compartida por el presidente del gobierno, Pedro Sánchez.
«Como consecuencia del confinamiento, estoy convencido de que los españoles dentro de muy poco recuperarán la normalidad (…), la nueva normalidad, porque nada va a ser igual como consecuencia de la COVID-19, hasta que encontremos la vacuna», dijo el líder socialista en el Congreso de los Diputados.
Tensión política
España mantiene desde el 14 de marzo uno de los confinamientos de la población más estrictos en Europa. Solo se permiten las salidas para trabajar, si no se puede hacer desde la casa, comprar comida o medicinas o pasear al perro.
El confinamiento se prolongará hasta el 25 de abril incluido, aunque el propio Sánchez ya adelantó que tendrá que ser mantenido, aunque sin detallar si será con el mismo grado de dureza.
El lunes volvieron a trabajar algunos sectores de la economía tras dos semanas. Para prevenir un aumento en los contagios, miles de mascarillas han sido entregadas en el transporte público.
El gobierno estima que un 67% de españoles cumple a rajatabla el confinamiento.
«Estamos tomando medidas duras que están teniendo eficacia, que están protegiendo, salvando vidas», se congratuló Sánchez, ante las críticas de la oposición, que le achaca una mala gestión ante la crisis sanitaria.
«España ya el país del mundo con más fallecidos por número de habitantes» y «con más (profesionales) sanitarios contagiados del mundo, por culpa de una nefasta política de compra de material sanitario», denunció el líder de la oposición de derecha, Pablo Casado, del Partido Popular (PP, conservador).