Entre dos «marsellesas» entonadas por la orquesta sinfónica, unas bailarinas vestidas con tutús blancos ejecutan escenas del Lago de los Cisnes en la entrada de la Ópera de París: así se manifestaron este martes los artistas de la institución contra la reforma de las pensiones en Francia.
A pocas horas de la Nochebuena, y bajo el cielo gris parisino, una cuarentena de bailarinas del ballet de la Ópera ofrecieron un mini-espectáculo improvisado delante de letreros en los que se leía «Ópera de París, huelga» y «La cultura está en peligro», bajo los aplausos de los curiosos.
«Aunque estamos en huelga, hemos querido ofrecer por el 24 de diciembre un momento de gracia», declaró a la prensa el bailarín y representante de la caja de pensiones Alexandre Carniato. «A pesar de un tiempo extremadamente frío, las chicas han querido sumarse al desafío de los músicos y acompañarlos», añadió.
La Ópera está en huelga desde hace 15 días, lo que ha acarreado la anulación de varios espectáculos.
«Desde los ocho años se nos inculca que tenemos una misión y que vamos a bailar para la Ópera de París, que representa a Francia», señala Carniato, de 41 años.
«El conjunto de la Ópera esta afectado» por la reforma de las pensiones, explica por su parte a la AFP Eloise Jocqueviel, de 23 años, bailarina del ballet que ha participado en el espectáculo. «Nuestro arte está en peligro», advierte.
Las bailarinas eligieron el acto 4 del Lago de los Cisnes, «uno de los ballets más difíciles», y lo interpretaron «sobre el mármol en pleno frío».
«Entré a la escuela de baile a los ocho años, dejé a mi familia y organicé mi escolaridad. Con cinco horas de baile al día, a los 17-18 años somos muchos los que tenemos heridas crónicas, tendinitis, fracturas por cansancio, dolores en las rodillas (…) y somos muchos los que no tenemos ni el bachillerato» terminado, explica.
La Ópera y la Comédie Française son las únicas instituciones culturales afectadas por el plan de reforma de los sistemas jubilatorios franceses, cuyo objetivo es unificar en uno sólo (universal) más de 40 regímenes especiales en función de las características laborales.
Por ejemplo, los bailarines de ballet pueden jubilarse a los 42 años gracias al régimen de la Ópera, uno de los más antiguos de Francia y que se remonta a 1698, bajo el reinado de Luis XIV.