La magistrada Blanca Aída Stalling Dávila no logró el apoyo que buscaba en la Corte Suprema de Justicia (CSJ), que por unanimidad decidió dar trámite al proceso de antejuicio y enviarlo con su aprobación al Congreso de la República, para que se integre una comisión pesquisidora que decida si se le retira o no la inmunidad, por las acusaciones en su contra por tráfico de influencias.
La magistrada, quien se niega a renunciar para abreviar el procedimiento y enfrentar a la justicia como ciudadana común, aseguró que los magistrados de la CSJ actuaron bajo presión y en un clima de terror. Ella fue denunciada por el juez Carlos Ruano por intentar intimidarle para favorecer con medida sustitutiva a su hijo Otto Fernando Molina Stalling, dentro del caso conocido como bufete de la impunidad.
El citado juez, quien presentó un audio como prueba de la conversación con la magistrada vocal de la CSJ, en la que se escucha claramente la insinuación que formula. Ruano tuvo que abandonar el país la semana pasada por miedo a represalias.
El camino del antejuicio
Por ser magistrada de la Corte Suprema, el antejuicio contra Stalling debe continuar su procedimiento en el Congreso de la República. Este jueves, la Corte debe trasladar al Organismo Legislativo el expediente. Por medio de sorteo, el Congreso debe integrar una comisión pesquisidora, la que evalúa las pruebas de cargo y descargo. A continuación presenta al pleno sus conclusiones y recomendación. Si finalmente se le levanta la inmunidad, podrá ser sometida a juicio.
Hasta los más cercanos a la magistrada Stalling le han recomendado que renuncie al cargo para evitar mayor desgaste a la Corte Suprema de Justicia.