Agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) realizan la mañana de este martes 25 de mayo una requisa en la cárcel del cuartel militar Matamoros, en la zona 1 capitalina, en el área donde permanecen recluidos líderes de una pandilla.
Las fuerzas de seguridad buscan objetos ilícitos y no permitidos en poder de los reos, como armas, drogas, teléfonos móviles o dispositivos electrónicos.
Es de mencionar que en ese centro carcelario se encontraba el extitular de la Superintendente de Administración Tributaria (SAT), Juan Francisco Solórzano Foppa, y el exanalista de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), Aníbal Argüello, y el abogado José Miguel Quintanilla, quienes fueron trasladados a Mariscal Zavala por denuncias de extorsión y amenazas luego de ser capturados por el caso Política y Falsedad, aunque el Sistema Penitenciario negó los hechos.
De acuerdo con la Fiscalía de Asuntos Electorales, Solórzano Foppa y otra docena de personas, de forma “dolosa” y “deliberada” insertaron hechos y actos falsos para la creación de un partido político en 2020.
Afirmaron que se inscribió dentro de la agrupación política, denominada Partido Ambientalista Guatemalteco, a una persona fallecida.
Denuncian extorsión
El extitular de la SAT habría denunciado una posible extorsión a cambio de no ser dañado en la cárcel de Matamoros.
Solórzano Foppa aseguró que recibieron amenazas en la prisión y les exigieron 100 mil quetzales para no ser vulnerados en su seguridad. Ante ello, el procurador de los Derechos Humanos, Jordán Rodas, solicitó a las autoridades del Sistema Penitenciario resguardar la integridad de los privados de libertad.
“Bajo la responsabilidad del Director del Sistema Penitenciario está el resguardo y la integridad de los capturados”, indicó el magistrado de conciencia.
Ante ello, el titular del Sistema Penitenciario, Luis Escobar, dijo haber recibido la denuncia y expresó que verificaría la situación, sin embargo, negó que en Matamoros se les estuviera exigiendo ese dinero.
Escobar reconoció que ambos privados de libertad durmieron en el área de administración, pues esta cárcel se encuentra saturada.
“El problema es el hacinamiento. Pese a que se actualiza el dato constantemente y los jueves saben que las cárceles están llenas, siguen enviado privados de libertad”, dijo Escobar.