En un ataque que ha dejado, 41 víctimas mortales y heridas a otras 239 personas, Turquía ha vuelto a sufrir este martes el zarpazo del terrorismo. Además, en uno de los núcleos más importantes para el turismo: el aeropuerto Atatürk de Estambul, el principal aeródromo de la ciudad turca que sirve como nodo de escalas de numerosos vuelos internacionales. El gobernador de Estambul ha asegurado que al menos tres terroristas suicidas detonaron sus explosivos.
La policía de ese país ha identificado a dos sospechosos junto a la planta del aeropuerto desde la que se accede a la zona de llegadas de la terminal internacional. Se disponían a intentar pasar el control de seguridad que da acceso al edificio y, según explicó a EL PAÍS una fuente del Ministerio de Interior, uno de ellos abrió fuego con un Kaláshnikov, a lo que los agentes de policía respondieron con disparos para tratar de «neutralizarlos». Entonces, uno de los sospechosos activó la carga explosiva que portaba. Se escuchó un tiroteo durante un minuto, y luego vimos como una bola de fuego, explicó uno de los testigos del atentado a la cadena CNN-Türk.
Según varias televisiones, además de las numerosas ambulancias que acudieron al lugar de los hechos, numerosos heridos fueron evacuados al cercano hospital de Bakirköy por los mismos taxistas que habitualmente esperan en el lugar a los pasajeros recién llegados a Estambul.
El Gobierno ha convocado inmediatamente una reunión de crisis con la participación de los titulares de carteras implicados en la seguridad y la lucha antiterrorista. Además, se ha ordenado el cierre de todos los accesos a la terminal, aunque en un principio los vuelos con destino a Estambul continuaron aterrizando en el aeropuerto.
*Con información de El País.