El programa de espionaje Pegasus, vinculado a la empresa israelí NSO, ha infectado 50,000 celulares de periodistas, activistas y políticos de todo el mundo, una herramienta que permite a sus responsables no solo acceder de forma remota a un equipo infectado sino también controlarlo y obtener información personal de su dueño.
Como ha desvelado la investigación realizada por el consorcio de medios Forbidden Stories y Amnistía Internacional, con pruebas obtenidos a partir de un análisis forense realizado a los propios teléfonos, 50,000 teléfonos de todo el mundo podrían ser objetivo del ‘software’ espía Pegasus de la empresa israelí NSO.
El analista de amenazas móviles de Avast, Jakub Vavra, explica en un comunicado que Pegasus es una herramienta de acceso remoto (RAT) con capacidades de ‘spyware’, es decir, una herramienta con la que se puede vigilar a distancia el móvil de una persona y acceder a elementos como la cámara o el micrófono, o realizar acciones como capturas de pantalla o el registro de las pulsaciones.
¿Cómo se activa?
- El programa de espionaje se instala cuando el usuario pincha en un enlace desde su teléfono, aunque en ocasiones se puede instalar sin el enlace, según la investigación. Con él, sus responsables son capaces de extraer datos de aplicaciones de mensajería populares como WhatsApp, Facebook y Viber, así como de servicios de correo electrónico y navegadores.
- Facebook denunció a NSO el año pasado, empresa a la que acusa que infectar en 2019 una red de servidores de Estados Unidos para hackear cientos de ‘smartphones’ y espiar a unos 1,4000 objetivos a través de su servicio de mensajería WhatsApp.
- El analista señala que «se utiliza como una herramienta muy selectiva», ya que este ‘software’ «se utiliza solo en unos pocos individuos, aparentemente, con fines de vigilancia». Lo habitual en otros ‘spyware’ es extenderse ampliamente para cosechar masas de datos de usuarios.
«La mínima propagación del ‘software’ espía no lo hace menos peligroso, para cada individuo que está bajo vigilancia el alcance del daño a la privacidad es ciertamente muy alto», asegura Vavra. Un apunte que va en línea con lo expresado por el responsable de WhatsApp, Will Cathcart, quien asegura que el ‘software’ se utiliza para «cometer horribles abusos contra los derechos humanos en todo el mundo».