El arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, realizó la tradicional ofrenda de ramos, con la que los cristianos dan inicio a la Semana Santa, desde un helicóptero, en medio de una cuarentena total por el COVID-19 que ha obligado al cierre de iglesias en el país.
Ulloa se subió al helicóptero, junto a dos sacerdotes y tras dar una misa sin público, en un hangar del aeropuerto Panamá Pacífico, ubicado en la antigua base estadounidense de Howard, al oeste de Ciudad de Panamá. Los tres religiosos llevaban una mascarilla.
Acompañado de un busto de la virgen Santa María La Antigua, patrona de Panamá, el arzobispo sobrevoló la capital panameña y áreas aledañas, donde algunos de sus residentes colocaron los tradicionales ramos y palmas en las puertas de sus viviendas para recibir la bendición desde el aire.
Ese acto religioso se hace habitualmente en las iglesias durante el domingo de Ramos, pero los templos están cerrados para evitar contagios por el nuevo coronavirus.
«Queremos también animar la vida de los creyentes con la parte espiritual y por eso estaremos sobrevolando en un acto significativo esta realidad de Panamá para que el señor siga bendiciendo a cada uno de nosotros», dijo Ulloa antes de subirse a la aeronave.
«Estamos viviendo un hecho inédito en la historia del cristianismo, celebrar la Semana Santa sin público en nuestros templos», añadió.
En el Domingo de Ramos, los cristianos celebran la llegada de Jesús a Jerusalén.
La capital panameña amaneció este domingo con las calles vacías y un silencio poco habitual, sólo interrumpido en ocasiones por el canto de algunos pájaros o alguno de los escasos vehículos que han podido circular.
El gobierno panameño decretó esta semana una cuarentena donde en los domingos nadie puede salir de sus casas, salvo muy pequeñas excepciones.
Panamá trata así de reducir a la mitad la posibilidad de contagios del nuevo coronavirus. En el país centroamericano se registran hasta la fecha 46 muertos y 1.801 contagiados, según los últimos datos difundidos.
Ulloa dedicó especialmente la Semana Santa al personal sanitario y a «tanta gente que está llevando hacia adelante nuestro país a costa de arriesgar su propia vida», dijo.