Renzo Lautaro Rosal
Vaya remezón que dio el MP y la CICIG con la captura de los implicados en un nuevo caso de soborno y defraudación. Más que evidenciar la existencia de una nueva red al interior de la SAT, lo relevante del hallazgo es la implicación de una empresa de peso, de capital nacional, que por el carácter estratégico de sus operaciones tiene estrechos vínculos con bancos, sector de transportes, ya que es el consorcio metalúrgico más grande de Centroamérica. ¿Cuánto de ese crecimiento obedece a defraudación continuada y a privilegios extendidos por los gobiernos de turno, más que a esfuerzos propios de sus propietarios?
El golpe no solo es fuerte, sino expansivo. Será en el recorrer de las siguientes semanas y meses cuando podamos constatar las ramificaciones, pero desde ya es previsible que cause fuertes olas al interior del sector industrial, solo para comenzar. A diferencia del primer caso La Línea, donde los implicados fueron empresarios de tamaño medio, la mayoría coreanos, del ámbito comercial, en esta ocasión el atrevimiento fue de otra envergadura. El sector empresarial, en especial los más cercanos a las operaciones de la acería, se enconcharán, ya que lo que seguirá es el juego del dominó. Ahora sí cabe preguntarse, ¿quién o quiénes serán los siguientes en caer?
Otro resultado concreto de la operación es quitar cierto tipo de discurso de la boca del sector empresarial. Eso de pagar los impuestos, porque así aportan al desarrollo; ser los inmaculados y los más transparentes, ser ejemplo para los demás, se les vino abajo. Solo la empresa en cuestión, Aceros de Guatemala, defraudó al fisco en Q255.0 millones. ¿Cuánto más habrán robado las empresas tradicionales que han hecho uso y abuso de la defraudación y del cobro ilegal del crédito fiscal? Se abre toda una línea de investigación que debe poner acento en ese tipo de prácticas que han sido comunes en las últimas décadas al amparo de autoridades de gobiernos. Lo más seguro es que el tsunami a desencadenar arrastre instituciones del sector financiero, autoridades públicas de anteriores gobiernos, entre otros.
El sector empresarial, en especial los más cercanos a las operaciones de la acería, se enconcharán, ya que lo que seguirá es el juego del dominó.
Lo mismo sucederá con proyectos estratégicos. Seguramente la empresa saldría beneficiada con la aplicación de los salarios diferenciados. Incorporar a Masagua, Escuintla, como uno de los municipios pilotos nunca fue casual. Abrir nuevas empresas para ser beneficiadas, no les sería difícil. La reanudación del ferrocarril también les traería más beneficios, y para finalizar la ecuación, ser especial favorecida con el gasoducto que se traería desde México, precisamente para beneficiar a la industria pesada (donde esta empresa no tiene competidores). Está por verse si toda la jugada se vendrá abajo, o si, por el contrario, podrán poner en marcha sus tácticas de contención para que solo unos, los alfiles y peones, paguen las consecuencias, pero los protagonistas terminen resguardados.
La elección de los magistrados de la Corte de Constitucionalidad también se ve afectada. Hasta hace pocos días, las dos razones-fuerza para la unificación de los intereses habrían sido apoyar para la pronta liberación de los exfuncionarios implicados en casos de corrupción, así como defender a los militares señalados de haber cometido delitos de lesa humanidad durante el conflicto. Ahora se suma, y probablemente sea la razón central, que este caso no camine o que, en su caso, solo afecte por encima sin comprometer el fondo.
Uno de los desafíos para el MP será investigar en un océano oscuro, donde por años se han fraguado todo tipo de alianzas, redes, operadores en distintos ámbitos; todos con un solo propósito: esconder, maquillar, aplacar cualquier riesgo, aceitar a los operadores y asentar impunidad. Eso de armar casos donde los números, las contabilidades, las auditorías juegan del lado donde están los dados cargados, no es para nada fácil. Al final de cuentas, un paso significativo, valiente y vigoroso, que significa pisar en terreno minado.
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