Yedá, Arabia Saudita
Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos estimaron este domingo que no hay razón para aumentar la producción de petróleo, a pesar de la caída en la de crudo en Irán y Venezuela.
El ministro de Energía saudita, Jaled Al Faleh, se mostró incluso preocupado por un alza de las reservas mundiales de petróleo.
«Vemos que las reservas (de petróleo) aumentan», declaró Al Faleh en la apertura de una reunión clave de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en Yedá, Arabia Saudita.
«Ninguno de nosotros quiere ver que las reservas se inflen de nuevo. Debemos ser prudentes», agregó, en referencia a la situación de fines de 2018 que había llevado a una caída de los precios del crudo.
Emiratos Árabes Unidos, fiel aliado de Riad, llamó por su lado a mantener el nivel de producción de petróleo decidido por la OPEP el año pasado, en 1.2 millones de barriles diarios (mbd).
«No creo que una flexibilización de los recortes de la producción de petróleo sea la buena medida», teniendo en cuenta las condiciones actuales del mercado, afirmó el ministro emiratí de Energía, Suheil Al Mazruei.
Los productores aún tienen que tratar de equilibrar el mercado, agregó.
La OPEP y la Agencia Internacional de Energía (AIE) informaron que la producción mundial de petróleo cayó en abril como resultado de la decisión de limitar las extracciones y endurecer las sanciones estadounidenses contra Irán.
Según la AIE, la producción de petróleo crudo de Irán fue de 2.6 millones de barriles por día en abril, en comparación con los 3.9 millones diarios un año antes, el último mes antes del retiro de Estados Unidos del acuerdo nuclear iraní de 2015
En su nivel más bajo en cinco años, la producción iraní podría caer en mayo a niveles sin precedentes desde la guerra Irán-Irak (1980-1988).
La reunión de la OPEP, en la que participan los principales miembros de la organización, pero también otros grandes productores asociados, como Rusia, tiene lugar en un contexto de aumento de las tensiones en el Golfo y guerra psicológica entre Estados Unidos e Irán.
El 12 de mayo, cuatro barcos -tres de ellos petroleros- fueron saboteados frente a Emiratos Árabes Unidos, en la entrada del Golfo. Dos días más tarde, un ataque con drones dañó un oleoducto en Arabia Saudita.
Arabia, primer exportador mundial de petróleo, juzgó este domingo que sus instalaciones petroleras tienen una buena seguridad, tras ese ataque reivindicado por rebeldes yemeníes hutíes.
«La seguridad de nuestra industria petrolera es sólida», declaró Al Faleh agregando que «Todo el mundo es vulnerable a actos extremos de sabotaje».
A comienzos de mes Estados Unidos desplegó hacia el Golfo una flotilla encabezada por uno de sus portaaviones y escuadrillas de bombarderos pesados B52, para prevenir –según Washington– posible ataques iraníes.
Arabia Saudita «no quiere una guerra» con Irán, dijo el domingo el ministro de Relaciones Exteriores del reino, Adel al Jubeir, y añadió que estaba listo para «defenderse».
Frente a las tensiones, el rey Salmán invitó a los líderes del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC) y la Liga Árabe a las cumbres extraordinarias del 30 de mayo en Arabia Saudita para discutir las tensiones en aumento.